La Congregación de los Missioners dels Sagrats Cors, conocidos popularmente como los Coritos, anunció ayer que abandonarán el Monasterio de Lluc (Escorca) el próximo mes de septiembre. La avanzada edad de los sacerdotes y la falta de vocaciones mallorquinas ha hecho que los responsables de la Congregación, que tiene su sede central en el monasterio de La Real de Palma, comunique al Obispado la imposibilidad de seguir al frente de la Administración de Lluc. Tanto los Missioners dels Sagrats Cors como la Diócesis de Mallorca han garantizado la continuidad de la emblemática Escolanía y de los Blauets.

Tras 128 años afincados en Lluc, la Congregación no puede continuar realizando su labor religiosa en el monasterio más venerado, según la versión oficial. Lo que ocurre es que tras esta decisión se esconden desavenencias entre los Coritos y el Obispado. El prior de Lluc, Ricard Janer, no escondió su contrariedad y su desacuerdo con la decisión de abandonar el monasterio y habló de que se ha "influenciado" al Obispado. Otras fuentes consultadas apuntan a que sacerdotes diocesanos han mostrado en varias ocasiones su predisposición a regentar Lluc. Con todo, se advierte de una batalla larvada en el clero mallorquín con el venerado monasterio como telón de fondo.

Los Coritos emitieron ayer un comunicado donde apuntan que tomaron la decisión de abandonar Lluc el día 3 de enero y se lo comunicaron al obispo Sebastià Taltavull el 16 del mismo mes. Sin embargo, el Obispado también hizo pública una nota donde expresaba "sorpresa y dolor" ante la notificación recibida por parte de los Missioners dels Sagrats Cors en la que devuelven la gestión del Santuario de Lluc a la Diócesis de Mallorca. Según el comunicado del Obispado, éste "entiende" las razonas expuestas por la Congregación y les agradece los servicios prestados, pero de momento no aclara quién se hará cargo del culto y de la gestión del Santuario a partir de ahora. No deja de ser curioso que desde la Diócesis expresen su sorpresa cuando sabían hace más de un mes la decisión y se limiten a agradecer los servicios prestados a una congregación que lleva 128 años de labor en Lluc. Josep Amengual, prior de la Real y delegado de la congregación de los Coritos, aseguró que la decisión de abandonar Lluc es de los Missioners del Sagrats Cors y reconocía que los ha dejado muy afectados por la trascendencia.

Asimismo, también conviene recordar el pulso que mantuvo la congregación en el caso del padre Antoni Vallespircaso del padre Antoni Vallespir, apartado del sacerdocio tras una sentencia del Tribunal Eclesiástico por presuntos abusos sexuales. Ni en La Real ni en Lluc se leyó la carta firmada por el entonces prelado de Mallorca, Javier Salinas, condenando los hechos.

Solo frailes "hijos de Mallorca"

En la actualidad solo quedan seis sacerdotes de los Coritos en Lluc, todos ellos de avanzada edad, que necesitan asistencia. La falta de vocaciones de religiosos en Mallorca, una de las condiciones de los Coritos de Lluc, ha impedido que entrara gente más joven para sustituir a los mayores. Josep Amengual relató que los Coritos firmaron un convenio para gestionar Lluc en 1881 que fue ratificado por el Vaticano y en el que especifica que solo puede haber frailes "hijos de Mallorca". Según Amengual, esta distinción siempre ha creado controversia y mucha gente la ha atribuido a connotaciones incluso políticas, pese a que se tomó hace 128 años.

El Obispado debe decidir quien se hace cargo de Lluc. Antes deberán estudiar la fórmula jurídica de revocar el convenio ratificado por Roma que otorgaba Lluc a los Coritos en 1881.