El Obispado de Mallorca ha expresado hoy su "sorpresa y dolor" ante la notificación recibida por parte del Consell General dels Missioners dels Sagrats Cors en la que devuelven la gestión del Santuario de Lluc a la Diócesis de Mallorca.

Según el comunicado remitido desde el Obsipado, éste "entiende" las razonas expuestas por la Congregación y les agradece los servicios prestados durante 128 años, pero de momento no aclara quién se hará cargo del culto del Santuari a partir de ahora.

El Obispo ha tratado con los órganos principales de la Diócesis para "abrir un periodo de reflexión" para estudiar cómo el Obispado hará frente a la atención del Santuari "en todas sus áreas".

El comunicado reconoce que esta situación "plantea un nuevo reto que la Diócesis deberá afrontar" pero que "apuestan fuertemente por que continúe siendo la casa de todos los mallorquines y el corazón espiritual de la isla", como lo ha sido "de forma ininterrumpida desde el siglo XIII, favoreciendo el clima de peregrinaje y vida espiritual de los que suben a Lluc".

La Diócesis manifesta su "proximidad y apoyo" a toda la comunidad que trabaja y vive en Lluc en sus diversos ámbitos "y los invita a seguir trabajando en favor de la vida del Santuari, agradeciendo su entrega y amor a la Casa".

Por último, el Obispado pide a toda la Iglesia de Mallorca que "acompañe este tiempo de reflexión con la plegaria", para que la decisión que se tome "sea la más acertada" al servicio de la Iglesia "y el bien del pueblo".

En su texto, el Obispado se encomienda a Santa Maria de Lluc, "a quien diaramente la Escolania reza cantando en todos los mallorquines y visitantes". Confían en la virgen para lograr una salida que sea "una respuesta al camino de unidad y comunión que se está impulsando a todos los niveles" en la Iglesia de Mallorca.