"Carlos (García Roldán, el presunto cerebro de la estafa inmobiliaria Lujo Casa) le dio antes de irse mucho dinero a su novia (la colombiana B.V.R., que siguió en Mallorca) y ésta se lo ha quedado y no lo quiere devolver a los afectados por el caso", así habló ayer Irene, un familiar muy cercano al promotor preso en una cárcel colombiana en espera de su extradición". B.V. R., por su parte,desmintió a Irene sobre la cantidad que su expareja le había dado antes de fugarse.

"Carlos ha hecho mucho daño y hay un buen número de personas y de familias afectadas, que han perdido sus ahorros o su cojín para aspirar a una casa mejor, por ello debe pagar, pero no es un asesino, no es mala persona, no ha matado a nadie", se sincera Irene.

La familia García Roldán es muy conocida en Calella (Barcelona), donde los padres del presunto estafador regentaron durante años una administración de loterías. El caso Lujo Casa les ha producido un notable impacto, especialmente a su madre y su hermana.

"Vivimos con una pequeña pensión y no podemos ayudar económicamente a Carlos; éste lo ha pasado muy mal en Colombia, ha pasado hambre y ha dormido en la calle, hasta que algunas personas le han ayudado", ofrece Irene una versión de la estancia del fugitivo en el país suramericano diferente a la que hasta ahora se había divulgado.

"No sé lo que pasó con sus negocios, quizás le perdió la ambición económica o fueron sus relaciones con su novia las que le echaron a perder", apostilla la familiar del empresario que, supuestamente, estafó 7 millones de euros a más de 240 personas en Mallorca al venderles, sobre plano, pisos y chalés.

"Una suma importante"

B.V.E. declaró ante la Policía Judicial de la Guardia Civil que Carlos García Roldán le dio diez mil euros antes de escapar de Mallorca, con la intención de que ella se los mandase después a Colombia. El dueño de Lujo Casa se refugió primero en Buga y paró en la casa de la abuela de su novia.

Según Irene, B.V., que figura como investigada en el sumario, "le dijo después a Carlos que se fuera a otra ciudad, a Tuluá (perteneciente al Valle del Cauca como Buga) para poder tenerlo ubicado y controlar su paradero".

"No sé precisar el dinero exacto que Carlos le dio a B.V., pero fue una cantidad importante, que ella se ha quedado y no quiere devolver a los afectados, antes le había pagado una cirugía de aumento de pechos", acusa Irene.

"No es cierto lo que dice Irene, yo ya declaré a la Guardia Civil el dinero que me dio Carlos y ellos comprobaron mis cuentas, donde aparecen todos los movimientos".

Las relaciones entre la pareja se enfriaron. García Roldán seguía oculto en Colombia y su novia residía en Mallorca. La detención de ésta por la Guardia Civil quizás fue el detonante para que la relación se rompiera, pero Irene culpa a la joven colombiana "de haber roto todo contacto con Carlos, de no cogerle las llamadas y de no responder a sus mensajes". B.V. le replica y dice: "Yo quería salir del lío en que me había metido Carlos y rompí todo contacto con él, además estaba embarazada".

B.V., de 24 años, tuvo su bebé hace tres meses y reside en Barcelona, donde quiere iniciar una nueva vida.

"Carlos se quedó sin dinero en Colombia y tuvo que dormir en la calle y pasar hambre. Con unos 900.000 pesos se compró una moto con la que trabajaba transportando personas y mercancías, pero lo ha pasado muy mal. Su novia, de la que estaba muy enamorado, apenas le mandó (mediante locutorios y vía sus familiares) unos 286 euros al cambio", mantiene Irene. La familia de García Roldán ha podido mantener contacto telefónico estos últimos días con él. El empresario les llama desde la cárcel y les explica que no le dan comida y "se tiene que buscar la vida". Carlos quiere regresar a España y no se opondrá a su extradición, pero ignora cuánto tiempo tendrá que pasar en las cárceles colombianas.