Uno de los motivos de la asamblea celebrada hoy en Palma es reivindicar menos palabras y más hechos al Gobierno central.
P ¿La convocatoria de elecciones generales ha pillado a los sindicatos a contrapié?
R Seguro. Hace un mes difícilmente podíamos pensar que estaríamos ante la convocatoria de unas elecciones generales. Es tan irracional que no se hayan aprobado los presupuestos del Estado que no estaba en nuestra previsión.
P ¿Qué debería aprobar este Gobierno saliente en los dos consejos de ministros que le quedan?
R Hay tres medidas que ya tenemos pactadas. Una es el control horario para que un asalariado sepa cuándo debe entrar y salir del trabajo y que además quede registrado en la empresa, para acabar con el fraude que existe y que lleva a una indignidad absoluta. Otra es devolver la ultraactividad a los convenios colectivos para que no caduquen al año de ser denunciados, que es lo que nos va a garantizar que se puedan negociar nuevos, ya que ahora se produce bajo un chantaje inaceptable. Y la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, que es la forma de poner freno a algunas subcontrataciones, como las de las 'kellys'.
P ¿El régimen especial de Balears debe de estar en ese paquete para los dos consejos de ministros previos a las elecciones?
R Debe de estar por justicia. No puede caer otra vez. Es algo que vamos a plantear al Gobierno para que lo incluya entre las medidas a aprobar antes de las elecciones.
P También incluyen la reforma de las pensiones.
R Tiene que ir, sí o sí. No se puede acabar la legislatura con la incertidumbre de si las pensiones se van a revalorizar automáticamente con el IPC o no. Se tienen que revalorizar, y el factor de sostenibilidad que pesa sobre nuestras cabezas y que supone que pierdan en torno a un 40% de su valor en los próximos 30 años tiene que desaparecer. Es algo que está acordado con el Gobierno.
P Se ha aprobado la subida del salario mínimo interprofesional y se han revalorizado las pensiones para este año. ¿Suficiente para justificar un Gobierno surgido de una moción de censura?
R Pensamos que se han quedado cortos porque es el PSOE. Si eso lo comparo con el anterior Gobierno del PP, no está mal. La tentación es hablar de lo que no se ha hecho, que es mucho. Pero me gustaría que los trabajadores reflexionen. En este periodo de tiempo hemos tenido una experiencia de Gobierno que se quería abortar desde España y desde Europa, porque se ha visualizado que otras políticas son posibles en la Unión Europea. Y aunque se ha hecho menos de lo que se podía hacer, se ha hecho más de lo que se había hecho anteriormente. Pero se ha impedido que se aprueben unos presupuestos generales del Estado que gracias al Gobierno y al esfuerzo de Unidos Podemos cambiaban radicalmente el panorama de la política económica en nuestro país. A la hora de hacer una valoración, los ciudadanos no pueden obviar eso.
P ¿Esperan una campaña electoral más de banderas y de tripas que de cerebro?
R Sí. Los que no quieren subir las pensiones o invertir en salud y en educación, lo que van a hacer es hablar de banderas. La gente debe de ser consciente de que no existe ningún riesgo de que se quiebre la unidad de España. Es una solemne tontería. No lo ha habido nunca, ni con un Gobierno ni con otro. Hay quien cree que la salida a una crisis territorial es aplicar el artículo 155 de la Constitución y el acabar con el sistema de autonomías en España, y otros piensan que este proceso de descentralización ha generado riqueza e igualdad entre los ciudadanos. Unos apuestan por una solución negociada que es el camino que dará paz, y otros por el 155.
P ¿El problema para ustedes es el crecimiento de la derecha o la apatía de la izquierda?
R Los sindicatos lo que defendemos es que la gente participe en las elecciones y sepa lo que quiere. Lo que está en juego es si se reparte la riqueza o no. Sentirse orgulloso de ser español por tener los mejores niveles de sanidad, educación y de bienestar, o de tener una bandera más o menos grande.
P ¿Los sindicatos tienen un Plan B ante un Gobierno de PP, Ciudadanos y Vox?
R Plan B tenemos seguro. Gane quien gane, vamos a tener que pelear para alcanzar nuestros objetivos porque nunca nos han regalado nada. Pero si el Trío Calaveras gana las elecciones y forma una alternativa política, lo que tenemos claro es que lo vamos a combatir con uñas y dientes.
P ¿Ha habido avances en el último año para reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres?
R No ha habido ningún avance. El otro día se lo decía a la vicepresidenta del Gobierno. Hay que tomar medidas de transparencia salarial en las empresas. Pero para otras cuestiones no van a tener tiempo, porque precisan de un debate en mayor profundidad. Hay que ver por qué la carrera profesional de una mujer es más corta que la de un hombre, o por qué los trabajos indefinidos los ocupan sobre todo los hombres. Es un debate que requiere un cambio cultural.
P ¿La campaña del 'Me Too' nacida en Estados Unidos ha mejorado la lucha contra la violencia sobre las mujeres en los centros de trabajo?
R No quiero infravalorarla. Ha sido extraordinariamente positiva. Pero lo que ocurre en los centros de trabajo, sobre todo en el sector servicios, no ha cambiado. Es un problema que hay que erradicar con cambios legislativos pero también con cambios culturales en las empresas. Las mujeres saben que cuando denuncian, aunque se castigue al agresor, ellas quedan marcadas, y eso debe de cambiar. Los hombres tenemos que denunciar a los hombres que acosan y proteger a la mujer acosada.
P ¿Ya hay recuperación salarial?
R Es insuficiente. Hemos de lograr que no haya convenios con salarios menores de 1.000 euros al mes.
P ¿El Govern
R Tengo que reconocer que siento una simpatía especial por la presidenta, que me parece una persona con una calidad humana extraordinaria. Balears es un ejemplo de lucha para frenar la reforma laboral, aunque haya otros elementos más discutibles, como la fecha de prohibición del diésel.
