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La fase previa de las autonómicas

La fase previa de las autonómicas

Otra vez les ha pillado el toro. El discurso monocorde de Francina Armengol reivindicando un REB tan inmediato como inalcanzable, queda superado por perspectiva caduca, repetición permanente y falta de respuesta solvente. Las promesas son equipaje insuficiente para sobrevivir en la política y en la rutina de la credibilidad.

El REB que Carmen Calvo dibujó como inmediato hace una semana en Inca y al que se aferra la presidenta para que Pedro Sánchez pueda cumplir su palabra, es para este archipiélago una deuda pendiente a cobrar. Saldarlo, de producirse, no podrá tener, por tanto, la característica de mérito.

En estas condiciones, las Elecciones Generales anunciadas ayer por el presidente del Gobierno, son para los partidos de Balears la fase previa a superar para poder acudir en condiciones a las autonómicas y municipales de mayo. Las europeas serán, a lo sumo, una papeleta de acompañamiento.

Los partidos de centro y derecha lloran el desprecio al "superdomingo" que ha hecho Pedro Sánchez. Querían jugar en una dimensión más amplia con infraestructura exterior y mensajes más escuetos y generalistas. La izquierda y el nacionalismo lo fía casi todo a los réditos de las políticas sociales aplicadas. El adelanto electoral confirmado ayer se veía venir. Cabía prepararse para ello, pero las formaciones políticas de Balears, acomodadas en la cuneta, se limitan a pedir autostop al coche del REB que ni siquiera se para. Tampoco reviste la condición de novedad el hecho de que Més y El Pi acaricien la remota posibilidad de tener diputado exclusivo en la madrileña carrera de San Jerónimo. Sea como sea, las autonómicas a la vista obligan a emplearse a fondo en las generales. Son comicios enlazados.

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