Dos besos al principio, dos besos al final y apenas un minuto de conversación informal. La presidenta del Govern, Francina Armengol, no pudo evitar ayer la foto con el presidente catalán Quim Torra, pero se encargó de reducir al máximo el contacto con el presidente independentista la misma semana en que los partidos catalanes han dejado caer con su 'no' a los presupuestos generales del Gobierno a Pedro Sánchez.

El funeral de la filóloga Aina Moll y el protocolo sentó ayer a los dos presidentes autonómicos uno al lado del otro un día después de que Torra sólo fuera capaz de citar a Armengol como presidente autonómico con el que había "coincidido". Ayer volvieron a coincidir y la presidenta balear se encargó de reducir al máximo ese nuevo encuentro con el catalán.

Mientras que Torra llegó a la basílica de Sant Francesc con un cuarto de hora de antelación a la misa y se encargó de saludar a las principales autoridades, empezando por el presidente del Consell, Miquel Ensenyat, o la delegada del Gobierno, Rosario Sánchez, Armengol fue la última en llegar, ya con los asistentes sentados. La presidenta dio dos besos a todas las autoridades, mientras Torra se puso en pie para recibirla. Dos besos y 'la paz del señor' durante la ceremonia y poco más.

Al concluir la misa, a las puertas de la basílica, intercambiaron unas palabras. Apenas un minuto donde quien más habló fue la consellera catalana de Cultura, Laura Borràs. Armengol aprovechó el saludo a Torra de Ensenyat y de la vicepresidenta Bel Busquets, para despedirse con otros dos besos y no prolongar el momento.

El incómodo encuentro se produce poco más de una semana después de que la presidenta plantara a Torra en Barcelona en el traspaso de la presidencia de la Euroregión.