La foto de Alan Kurdi muerto boca abajo en una playa turca en septiembre de 2015 pesó en la conciencia de miles de europeos. La imagen dio la vuelta al mundo y convirtió a aquel niño de solo dos años en el símbolo de la tragedia que viven los refugiados que mueren ahogados en el Mediterráneo huyendo de la guerra.

Su padre, Abdullah Kurdi, no ha vuelto a ser el mismo desde entonces. Él sobrevivió al naufragio, pero en aquella barca murió su otro hijo, Ghalib, de cuatro años, y su esposa, Rehanna. "Es un honor que el nombre de mi hijo esté en un barco que se dedica a salvar vidas inocentes", afirmó ayer en el puerto de Palma, donde el buque de la ONG alemana Sea-Eye ha sido bautizado como 'Alan Kurdi'.

Este sirio, que antes de la guerra era peluquero en Damasco, pasará unos días en Mallorca en compañía de su hermana, Tima Kurdi, residente en Canadá desde hace más de dos décadas. Ambos viajaron a la isla invitados por la ONG para estar presentes en la ceremonia de bautismo del barco, que hasta ayer por la mañana se llamaba 'Professor Albrecht Penck'.

El barco recaló en Palma hace tres semanas después de ser rechazado en Malta, Túnez y Sicilia. La ONG, fundada hace tres años por el alemán Michael Buschheuer, organiza campañas para rescatar a refugiados en el Mediterráneo, lo que ocasionalmente le cierra las puertas de los puertos europeos.

La ceremonia contó con la presencia de representantes de la comunidad islámica en Balears y del Obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, que bendijo el buque. "Apoyamos a quienes huyen de la miseria y la violencia. Estamos a vuestro lado", manifestó Taltavull a Kurdi, desconsolado al ver el barco.

"El Papa Francisco es muy sensible con este problema", añadió el Obispo. "Me gustaría conocerle algún día", ha respondido el padre.

El sirio asistió a la ceremonia visiblemente afectado. "Estar aquí me hace revivir aquella tragedia. Es como si un puñal atravesara mi corazón, ni puedo expresarlo con palabras", afirmó.

Buschheuer explicó que fue precisamente la imagen de Alan varado en una playa la que le empujó a fundar la ONG. "Acababa de salir de la habitación de mi hijo, que en ese momento tenía tres meses, y vi la foto. Fue como asomarme a un abismo, me sobrecogió. Recuerdo que le dije a mi mujer: tenemos que hacer mucho más", explicó.

"En todas nuestras misiones planea el recuerdo del niño, su muerte ha contribuido a salvar la vida de miles de personas. Honraremos el nombre de Alan Kurdi", prometió Buschheuer.

Ceremonia emotiva

Fina Santiago, consellera de Servicios Sociales del Govern, acudió al acto invitada por la ONG. "Lo que está pasando en el Mediterráneo será motivo de vergüenza dentro de unos años", indicó Santiago. "Poner el nombre de Alan a este barco debe servir para recordar lo que no debería haber pasado y evitar que vuelva a pasar", añadió.

La ceremonia tuvo algunos momentos muy emotivos, como cuando Abdullah Kurdi se sentó junto con su hermana ante el barco para rezar.

Taltavull remató la ceremonia con una oración que le sirvió de prólogo para bendecir el buque. "Creemos en el mismo Dios. Pedimos al Señor que ayude a esta organización humanitaria", indicó el prelado.

El capitán del barco, Klaus Stadler, relató la "odisea" que tienen que sufrir buques como el suyo o el Aquarius para salvar a personas en el Mediterráneo y llevarlas a puerto seguro. "La situación ha empeorado notablemente", lamentó.

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