La Universitat de les Illes Balears (UIB) explora diferentes caminos para rentabilizar económicamente el conocimiento que genera en sus aulas, despachos y laboratorios. La realización de informes para empresas, la venta de patentes y la captación de fondos a través de donaciones y cátedras supusieron una entrada de dinero significativa en el campus en 2018 que gestionó la Oficina de Transparencia de Resultados de Investigación y Proyectos (OTRI).

La porción más grande del pastel, 1.205.206 euros, llegó gracias a la firma de 113 contratos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), un 17% más que en 2015. "Lo habitual es que una empresa contacte con nosotros y nos pida un informe sobre un determinado tema. Ese documento lo genera uno de nuestros profesores y a cambio recibimos una cantidad", ha explicado el vicerrector de Innovación y Relaciones Institucionales de la UIB, Jordi Llabrés.

La idea es que el campus no se limite a acoger investigación y docencia, sino que también se convierta en un espacio de generación de conocimiento que se traduzca en ingresos. La mayoría de los estudios contratados correspondieron al sector de las energías y el medio ambiente (38%), y al de las tecnologías de comunicación (25%).

Una segunda vía de financiación procede de las patentes. La OTRI gestionó 68 el año pasado e ingresó 76.000 euros por ellas. "Patentamos los resultados de una investigación cuando son relevantes y se tienen que proteger. Si ese conocimiento es útil para una empresa y lo quiere, debe pagar unos derechos para utilizarlo", ha explicado Llabrés.

La mayor parte de estas patentes pertenecen al ámbito de la Física y de las Ciencias de la Salud, un 22% respectivamente.

Una tercera fórmula para rentabilizar el conocimiento es la captación de fondos para financiar diferentes proyectos de investigación, ya sea a través de convenios de colaboración empresarial, donaciones privadas ('fundraising') o cátedras. El año pasado la UIB facturó 213.000 euros por todos estos conceptos.

También los trabajos de asesoramiento a emprendedores suponen una inyección económica para la UIB, aunque más modesta. La OTRI asesoró el año pasado a 57 emprendedores, un 30% mujeres.