El juez del caso Cursach, Miguel Florit, ha inadmitido un recurso de Diario de Mallorca y de su periodista Kiko Mestre contra el auto del pasado 11 de diciembre donde se ordenó la requisa de los teléfonos móviles de Mestre y de la redactora de Europa Press Blanca Pou y el registro de sus puestos de trabajo. Florit argumenta que ni Diario de Mallorca ni Mestre son parte en la pieza separada del caso Cursach donde se dictó el polémico auto y que versa sobre un presunto delito de revelación de secretos atribuido a dos agentes del Grupo de Blanqueo de Capitales, la unidad que ha investigado al magnate de la noche del mismo nombre.

Por otro lado, el instructor también ha inadmitido otro recurso de Europa Press y de Blanca Pou contra un auto del 28 de noviembre donde se ordenaba a una compañía telefónica un listado de llamadas de la redactoradurante casi tres años.

Ambos medios han presentado una querella contra Florit, ampliada después al fiscal anticorrupción Juan Carrau, por los presuntos delitos de prevaricación judicial, contra la inviolabilidad de domicilio, contra el derecho al secreto profesional de los periodistas y el secreto a las comunicaciones.

El juez Florit y el fiscal Juan Carrau trataron de justificar el control de las llamadas y la requisa de los móviles, ordenadores y otros dispositivos electrónicos de los periodistas en un afán por preservar los elementos del presunto delito de revelación de secretos.

La querella, sin embargo, mantiene que los polémicos autos vulneraron el derecho a la información al violentar el secreto profesional de los periodistas, desvelando sus fuentes mediante este espionaje.

Según certificación del letrado de la Administración de Justicia de instrucción 12, los teléfonos móviles requisados no fueron analizados en su juzgado, pero los dispositivos estuvieron casi un día en poder de la Policía y sin control judicial.