La atomización que sufre el comercio incide en la calidad del empleo generado por el sector. "Hay un porcentaje muy elevado de autoempleo. Hablamos de que el 24,4% de las empresas emplean a un solo trabajador autónomo. Hay que reducir el número de microempresas y ese autoempleo. De hecho, ya está ocurriendo de manera forzosa", indicó Antoni Riera, director de la Fundación Impulsa.

Cierran empresas, pero las que permanecen abiertas se están "esforzando" por contratar personal. Cada sociedad da trabajo en Balears a una media de 6,8 personas, según afirmó el economista.

Otros dos problemas del sector se centran en la mano de obra: baja productividad y cualificación. "El impacto de los gastos de personal son muy elevados, en algunos casos supera incluso el 100%. Sin embargo, su productividad suele presentar niveles bajos", subrayó Riera.

"Hay un 43% de trabajadores infracualificados y un 17% sobrecualificados. Son dos desajustes, aunque preocupa más el primero", añadió.