El Virus de la Inmunodeficiencia Humana es un concepto que lleva generando dudas y temor desde hace decenios. Contra esa incertidumbre y los mitos que envuelven al VIH, ayer se llevó a cabo una charla divulgativa en el CaixaForum de Palma. Roger Badía, del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa), y Jordi San José, paciente del Hospital Germans Trias y Pujol, ambos centros en Badalona, compartieron sus conocimientos científicos y personales con unos cien alumnos de ESO y Bachillerato de Palma.

Jordi San José puso cara a la enfermedad con su propia historia, suscitando mucho interés a los estudiantes. "Poner rostro a una enfermedad que en general se conoce por los libros, acerca a los jóvenes y les sorprende".

Sus primeras reacciones al conocer el diagnóstico, los temores al rechazo y la respuesta de su marido y familiares fueron momentos destacados. San José explicó que al principio sintió miedo y no lo compartió con nadie. Ahora lleva una vida totalmente normal, y no solo no se esconde, sino que divulga su experiencia. "Me habría gustado que a vuestra edad me diesen una charla como esta", comentó. En una reminiscencia de su adolescencia, se identificó con muchas de las dudas que estaban surgiendo en la sala y se volcó en ellas, creando un ambiente muy dinámico y participativo.

En la actualidad, el paciente se encuentra en fase de latencia e indetectabilidad, que implica, a su vez, que no puede transmitir la enfermedad. Este último dato llamó mucho la atención, se valoró en la sala desde muchas perspectivas y fue finalmente entendido por todos.

San José se mostró convencido de que los ecos de la década de los 80 todavía pesan mucho y que tanto pacientes como personas sanas tienen muchos temores que dejar atrás, siendo esta una estrategia de prevención muy importante.

La voz científica

Roger Badía se centró en los temas técnicos. El VIH ataca al sistema inmunitario de la persona infectada, que es la defensa natural de nuestro cuerpo frente a los microorganismos infecciosos. Concretamente, el VIH tiene como diana los linfocitos CD4, un tipo de células inmunitarias. El balance de los éstas y de las copias del virus en el organismo es el que determina su progresión.

La infección primaria o periodo ventana, dura unas dos semanas y en ella el virus es indetectable. Pasada esta franja temporal, la cantidad de linfocitos decrece, a la vez que la de viriones aumenta. El paciente podría notar síntomas gripales, nada alarmante. Es el momento en el que se disemina el virus. Le sigue la fase de latencia clínica, que puede durar años y que se caracteriza por la recuperación de los CD4 mientras que el virus pierde algo de fuerza. Esta etapa es asintomática y de duración variable. Sin embargo, con el tiempo la carga viral aumenta a la vez que el sistema inmune se degrada. Como consecuencia, el paciente enfermará con mayor frecuencia y de no tratarse se llegará a la fase sida (Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida).

Se trata de cuestiones médicas básicas que han venido con sorpresas. Badía puso a prueba a los alumnos con un breve cuestionario que sacó a relucir dudas acerca de cómo se transmite la enfermedad y qué tipos de rechazos sociales son los más comunes para un enfermo de VIH.

Otros datos estrella fueron los relativos a las islas: en Balears, cada mes trece personas se infectan. El investigador explicó que en la actualidad, el número de nuevos infectados al año en el mundo es similar al de hace treinta años. Lo justifica con el hecho de que cuando se definió la enfermedad, se realizó una gran campaña de concienciación. No obstante, la tarea de sensibilización se relajó y ahora da una falsa impresión de que el progreso del virus está detenido, lo cual no es cierto.