La economía pasa por una fase expansiva, pero el comercio emite algunas señales de alarma. El sector ha perdido productividad, destruye empresas -que no puestos de trabajo-, sufre una excesiva atomización, baja cualificación laboral e invierte poco en tecnología.

La Fundación Impulsa ha recogido -y cuantificado- estas debilidades en 'El comercio ante la búsqueda de una nueva fórmula de valor', un informe promovido por Caeb que concluye con algunas recomendaciones para revertir la tendencia. "El sector comercial está expuesto a una gran transformación, más aún que el financiero. Hay que torear esa transformacion, no nos podemos quedar de brazos cruzados", ha subrayado esta mañana el director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera, durante la presentación del documento.

El comercio representa un 10,2% del PIB de Balears, genera 2.300 millones de euros, aglutina el 15,3% de las empresas de las islas y genera el 15% de su empleo. Las cifras hablan de la importancia del sector para la economía del archipiélago, y también de algunos problemas. "Hay un problema de productividad y de generación de valor", ha advertido Riera.

"Siete de cada diez empresas se dedican al comercio minorista, un porcentaje mayor que en el resto de España. Eso dificulta activar las palancas necesarias sobre él para impulsar una necesaria especialización", ha destacado el economista.

Esa atomización incide en el empleo generado por el sector. "Hay un porcentaje muy elevado de autoempleo. Hablamos de que el 24,4% de las empresas emplean a un solo trabajador autónomo. Hay que reducir el número de microempresas y ese autoempleo. De hecho, ya ya está ocurriendo de manera forzosa", ha señalado Riera.

Cierran empresas, pero las que permanecen abiertas se están "esforzando" por contratar personal. Cada sociedad da trabajo en Baleares a una media de 6,8 personas, según ha afirmado el economista.

Otros dos problemas del sector se centran en la mano de obra: baja productividad y cualificación. "El impacto de los gastos de personal son muy elevados, en algunos casos supera incluso el 100%. Sin embargo, su productividad suele presentar niveles bajos", ha subrayado el director de la Fundación Impulsa.

"Hay un 43% de trabajadores infracualificados y un 17% sobrecualificados. Son dos desajustes que hay que corregir, aunque preocupa más el primero", ha añadido.

La dotación tecnológica de las empresas de Balears también es insuficiente: 2.726 euros frente a los 3.410 euros de la media española.

"Hay que actuar", ha indicado Riera. "Hace falta talento, tecnología y un marco normativo que dé seguridad jurídica para adentrarnos en esos procesos de transformación. También es necesario un cambio de cultura. Es decir, una visión empresarial amplia, interacciones con otros sectores como la restauración, transportes o cultura... No transformaremos nada desde un pequeña baldosa", ha sentenciado el director de la Fundación Impulsa.