Oriol Lafau, coordinador autonómico de Salud Mental, asume la "frágil situación" en la que se encuentra Ana María Calvo, una mujer que sufre esquizofrenia y deficiencia mental, y que lleva casi una década alternando la calle con diferentes centros asistenciales y sanitarios.

"Salud Mental ha actuado bien en este caso. Mientras un juez no la declare incapacitada permanentemente, no podemos retenerla contra su voluntad en ningún centro", afirma el psiquiatra.

"Afortunadamente hay pocos casos como este, en el que hay un diagnóstico mixto, pero pone en evidencia un vacío entre administraciones. Justicia y Servicios Sociales juegan un papel importante en casos así, pero no ha sido posible llevar a cabo el proceso judicial para tutelarla", subraya Lafau.

Al responsable autonómico de Salud Mental le constan dos intentos fallidos para lograr la incapacidad judicial de Calvo. "Una vez fue a iniciativa de la planta de Psiquiatría de Son Llàtzer, y otra de la Fundación Aldaba, que trata con colectivos vulnerables. Al menos una de las dos ocasiones se archivó porque no se presentó", señala Lafau.

Calvo lleva dos semanas ingresada en Son Llàtzer, donde se está estabilizando después de haber pasado una temporada en la calle. El psiquiatra lamenta que, cuando reciba el alta de Son Llàtzer, "volverá a encontrarse en una situación vulnerable".