Nueva agresión de un paciente al personal sanitario en un hospital de Baleares. El Colegio Médico denunció ayer que un hombre agredió el jueves a una anestesista y a un celador tras ser operado en Son Espases. El paciente zarandeó a la doctora y propinó varios golpes al celador, clavándole las gafas en la cara y provocándole una herida.

Los hechos ocurrieron el jueves por la mañana. Según denuncia el Colegio de Médicos, antes de la intervención quirúrgica programada, el paciente amenazó e insultó a los profesionales que le atendían. Tras la intervención, se mostró violento y, aunque los profesionales intentaron calmarlo, comenzó a proferir insultos y amenazas de muerte.

A la anestesista la zarandeó y al celador le clavó las gafas en la cara de un puñetazo, lo que le produjo heridas. Finalmente, los servicios de seguridad del hospital de Son Espases lograron contener la actitud del paciente.

Segunda agresión a médicos en dos semanas

Es la segunda agresión de estas características que tiene lugar este año, después de que el pasado 7 de enero, tras una operación en el Hospitla de Manacor y cuando el paciente salía de la sala de reanimación tras la operación, comenzó a mostrarse agitado y comenzó a proferir insultos y amenazas de muerte al personal sanitario que le atendía.

Golpeó en la cara a uno de los cirujanos que intentó contenerlo e intentó agredir a la otra cirujana que le intervino. Esta doctora tuvo que huir del paciente, que la persiguió por los pasillos hasta que ella pudo refugiarse en un baño. Finalmente, la Policía Nacional logró contener la actitud del paciente, para lo que tuvieron que esposarlo.

A falta de los datos de 2018, en que también tuvieron lugar numerosos sucesos similares, el Servei de Salut contabilizó en 2017 un total de 425 agresiones al personal sanitario de esta comunidad. Una cifra en la que incluye las agresiones verbales (278), las simbólicas (66), esto es, gestos insultantes como una peineta o un corte de manga, las económicas que engloban los daños materiales ocasionados durante el ataque y las 61 agresiones físicas.

El personal sanitario ha reivindicado que los ataques a médicos y ats durante su ejercicio profesional sean tipificados como un delito de atentado, penado con mayor gravedad que las simples lesiones o injurias.

Secuelas psicológicas

Además de los daños físicos sufridos en estos ataques, las víctimas padecen secuelas psicológicas, como el miedo a atender nuevamente a pacientes, pérdida de sueño, ansiedad y hasta cuadros de depresión.

Las personas atacadas trabajan en hospitales, centros de salud o puntos de atención continuada.

Los colectivos de médicos y enfermeras han solicitado en repetidas ocasiones que se aumenten las medidas de seguridad en los centros de trabajo, especialmente con pacientes conflictivos.

El problema surge cuando los ataques son inesperados y se producen, como en los dos últimos casos, tras sendas operaciones.