Mallorca ante una encrucijada. Continuar con el actual modelo que mide la fortaleza de una temporada turística en función del número de turistas que visita la isla o empezar a poner límites. "Estamos viviendo el último 'boom' antes de que Mallorca muera de éxito. Cuando la isla se convierta en un parque temático turístico habremos perdido realmente un paraíso", advierte Margalida Ramis, portavoz del GOB y una de las muchas voces que se escuchan en 'Overbooking'.

El documental, dirigido por Álex Discórides y producido por MallorcaDocs, aborda el momento crucial por el que atraviesa la industria turística en Mallorca. ¿Está la isla saturada de turistas? ¿Es sostenible que en un año lleguen doce millones de visitantes? ¿Por qué los mallorquines no son más ricos? La cinta, que se estrenará el próximo viernes en la Sala Augusta, trata de responder a estas y otras preguntas a través de un abanico amplio y plural de testimonios.

También hay destacadas ausencias: Meliá, Barceló, Riu e Iberostar, las cuatro cadenas hoteleras más importantes del archipiélago, rechazaron participar en el documental.

"El turismo deja muchos perdedores", critica Jaume Adrover, portavoz de Terraferida. Por ejemplo las 'kellys', el colectivo de camareras de piso que ha dado un paso al frente para denunciar décadas de precariedad laboral, lesiones no reconocidas e invisibilidad. Es el caso de Lola Ayas, que a sus 60 años se levanta a las 5:15 horas, se toma "un café con pastillas para soportar la jornada" y se sube a dos autobuses que la llevan al hotel de la Platja de Palma en el que trabaja.

La cinta, de 70 minutos de duración, ofrece momentos surrealistas. Como cuando una turista se acerca por detrás a Iván Murray, profesor de Geografía Humana de la UIB, y le pasa un pecho por encima de la cabeza. La escena tiene lugar frente al MegaPark, discoteca propiedad de Bartolomé Cursach y emblema del turismo de borrachera local.

La saturación que vive Mallorca por mar, tierra y aire en temporada alta, y su inevitable colisión con los residentes, es el principal hilo argumental del documental. "Para un mallorquín es más fácil ir a Hamburgo, Edimburgo o Glasgow que a Madrid o Barcelona. Pero ahora ya le resulta más fácil ir a Glasgow que a una playa de Mallorca", sostiene Matías Vallés, adjunto a la dirección de Diario de Mallorca.

Cambia la mentalidad del turista, que ya no se conforma con quedarse en la playa. "Es la última luz roja, cuando el visitante ocupa edificios y viviendas de la ciudad. Después viene un maestro o un camarero y es imposible que alquile un piso", valora el arquitecto Carlos García Delgado.La gentrificación y los efectos del alquiler vacacional tienen una importante cuota de pantalla.

El modelo tiene sus defensores, aunque con matices. "Hay que distribuir los flujos de turistas los doce meses del año, esa es la gran lucha que tienen los empresarios", propone Inmaculada de Benito, expresidenta de la Federación Hotelera de Mallorca.

Hay un acuerdo generalizado: calidad es mejor que cantidad. El economista Antoni Riera lo traduce en cifras: "Hemos perdido 26 puntos de renta per cápita en 15 años; una pérdida muy grande para pensar que más es mejor".

"Hemos echado de menos a Aena"

Discórides, director de la cinta, indicó ayer que en su documental ha tratado "un tema muy complejo del que derivan otras temáticas: fracaso escolar, turismo sexual o alquiler vacacional".

El realizador se refirió a sonoras ausencias como las de las cadenas hoteleras de referencia de las islas. "Bueno, son empresarios y están en su derecho. Hemos echado más de menos a los representantes de Aena y del Puerto de Palma, porque en parte son representantes públicos, las dos puertas de entrada a Mallorca y tendrían que haber estado", indicó.

El año pasado se estrenó 'Tot Inclós', documental que también aborda los excesos del turismo. "Interesa porque hemos vivido unos picos muy intentos de llegada de turistas y eso ha generado malestar en muchas capas de la población", afirmó Discórides.