La actividad de la fiscalía anticorrupción en Balears en los últimos 23 años (1995 a 2018) ha sido frenética y tremendamente positiva.

En ese casi cuarto de siglo los fiscales coordinados por Juan Carrau han actuado en asuntos tan importantes como el Túnel de Sóller, donde se juzgó a el expresident del Govern Gabriel Cañellas por prevaricación y cohecho (que fue declarado prescrito); el caso Nóos, que ha acabado con el cuñado del Rey Iñaki Urdangarin cumpliendo condena de casi seis años en la cárcel de Brieva (Ávila); o la operación Angeles del Infierno, contra un grupo organizado de pandilleros que supuestamente blanqueaban millones en Mallorca.

Las causas contra políticos, funcionarios y empresarios que desviaron fondos públicos de Administraciones públicas gobernadas por el PP y Unió Mallorquina han proliferado en estos años y han dado lugar a serias condenas para dirigentes como María Antònia Munar, Miquel Nadal, Bartomeu Vicens o Jose Juan Cardona.

La lata de Colacao

Los fiscales pusieron en marcha espectaculares operaciones policiales, con detenciones y registros, tanto en oficinas públicas como en las casas privadas de los sospechosos. Esos operativos fueron recogidos por los medios de comunicación que transmitieron a la opinión pública que la lucha contra la corrupción era algo serio y no un paripé como en años anteriores.

La lata de Colacao donde la exalto cargo del Govern Antònia Ordinas ocultaba en su huerto dinero desviado es una imagen que pasará a la historia, así como el banquillo de los acusados del caso Nóos, con la infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarin. Pero no solo la corrupción de políticos ha ocupado a anticorrupción, que ha sido parte en numerosas causas económicas de especial importancia. Entre los asuntos más notables resalta la Operación Relámpago, que ha permitido recuperar para Hacienda más de 25 millones de euros defraudados.

Entre los casos que quedan pendientes de enjuiciamiento se hallan Peaje, la presunta trama para desviar fondos públicos de las obras de la autopista de Palma a PalmaManacor, que corresponderá a un jurado popular.

En los últimos meses varias causas de corrupción política que estaban pendientes se han saldado con sentencias de conformidad y penas muy suaves.