El Parlament acaba de aprobar la nueva Ley Agraria, la norma que pretende regular la preservación del sector agrario y que da la posibilidad de que los agricultores tengan una actividad turística complementaria alojando a hasta seis personas en las explotaciones agrarias profesionales y prioritarias. Sin embargo, la Ley Agraria ha salido adelante solo con los votos del Pacto de Izquierdas que han consensuado la norma no con pocas discrepancias. 31 votos a favor de la izquierda y 19 en contra de la oposición ha sido el resultado final de la votación del articulado general. Es cierto que se han aceptado enmiendas del PP y de El PI, pero todas ellas de poco calado.

Vicenç Vidal, conseller de Medio Ambiente, ha explicado que se trata de una ley "más agrícola y menos urbanística" y ha recordado que en la anterior norma del PP se permitían "las salas de masajes y los campos de polo en suelo rústico". Según Vidal, una de las principales novedades es la redefinición de la figura del payés. Se da importancia a su actividad, no solo como productor de alimentos, también como preservador del paisaje.

Los dos grandes polémicas de la norma han sido las Zonas de Alto Valor Agrario (ZAVA) y las agroestancias que permite alojar a turistas en las explotaciones. Sobre las ZAVAS es donde ha habido discrepancias al declararse municipios donde no se podrá construir en el campo, a no ser que sea para la actividad agrícola. Ello se ha rebajado apuntando a la posibilidad de que mediante un informe del Govern se puedan realizar excepciones.

Las ZAVAS serán en toda la isla de Eivissa y los municipios de Campos, sa Pobla y la totalidad del Pla de Sant Jordi en Palma. Las agroestáncias también han sido modificadas, ya que antes solo se permitían seis meses al año y ahora será durante todo el año. También han eliminado el artículo que únicamente permitía alojar a turistas en la casa donde vivía el agricultor. Ahora se podrá hacer en cualquier dependencia de la explotación pero será necesario que el payés resida en la finca.