Cataluña ha puesto el modelo autonómico patas arriba y no existe una fórmula mágica para encontrar la salida. El problema tiene su origen en el mismo momento en el que se redactó la Constitución y la solución pasa por abrirla y repensar el modelo vigente. Es la tesis que dominó en 'El modelo de organización territorial: ¿es necesaria una reforma del diseño actual?', una mesa redonda organizada por la Universitat de les Illes Balears (UIB) y que reunió a tres catedráticos de Derecho Constitucional: Javier Pérez Royo, de la Universidad de Sevilla; Eliseo Aja, de la Universidad de Barcelona; y Joan Oliver Araujo, de la UIB.

Les complementó Enric Juliana, subdirector de La Vanguardia y uno de los principales cronistas del problema catalán desde que despegó con la malograda sentencia del Estatut en 2010.

"Desoyendo cantos de sirena que proponen volver al centralismo, propongo dar un paso más en el modelo descentralizador e implementar un Estado federal. Se trata de transformar el sistema autonómico actual y seguir el modelo federal alemán", subrayó Oliver.

"A la luz de los últimos resultados electorales en Cataluña, determinamos que la mitad de los catalanes quieren irse de España. Ignorar o ridiculizar esa realidad no cambiará la situación. Es imprescindible que se reconozca un régimen especial para Cataluña y el País Vasco, por lo que el Estado federal que propongo estaría formado por quince Estados federados y dos Estados libres asociados", planteó el catedrático de la UIB.

Hubo consenso en que una reforma de la Constitución debería incidir en el proceso de descentralización iniciado en 1978 y no recorrer el camino inverso, como propone ahora el partido de extrema derecha Vox.

Juliana repartió culpas. "Por un lado, la derecha española al desatar una ofensiva que ha ido más allá de la racionalidad política. Por otro lado, los nacionalistas al poner sobre la mesa la independencia de Cataluña", indicó el periodista.

Juliana puso dos ejemplos que, a su juicio, demuestran que el sistema está en crisis. "En Cataluña el 47% de los votantes se inclina por posiciones independentistas, y en Andalucía el 11% de los votantes eligen a un partido que quiere devolver competencias al Estado y clausurar el edificio autonómico", lamentó, aunque matizó que "detrás del voto independentista hay un porcentaje de voto de protesta; no todos desean firmemente la independencia".

El periodista advirtió de que el problema de fondo no está en el modelo constitucional, sino fuera. "El edificio tiene defectos, pero los elementos determinantes no están en la concepción del edificio, sino en las dinámicas que experimentan las sociedades europeas. Y España no es una excepción", indicó Juliana.

"Es un momento de enorme complicación política y social. El europeo está nervioso, se está reencontrando con sus fantasmas en la medida en que no hay una respuesta tan esperanzadora a la pregunta ¿qué puedo esperar?", explicó. Y terminó admitiendo la difícil salida al laberinto: "¿Los cambios constitucionales pueden salvar la situación? No tengo una respuesta".

Una nueva fórmula

Aja, catedrático por la Universidad de Barcelona, volvió a traer al debate avanzar hacia un modelo federal. "Debemos dar respuesta a todos estos problemas, y la reforma de la Constitución es un mínimo indispensable. Hay que hacerlo por muchas razones, y quizás la más importante ahora es por el modelo autonómico. Una Constitución de tipo federado como la que existe en Suiza o Canadá. En ella se pueden reflejar aspiraciones de nacionalidad como las que cada pueblo quiera proponer", detalló este experto.

"No tengamos miedo de inspirarnos en una fórmula que ha funcionado en Alemania, por ejemplo. Y con la experiencia que tenemos después de 40 años y que no tuvieron los fundadores de la Constitución", enfatizó.

Aja incluso consideró posible un futuro referéndum de independencia en Cataluña: "A largo plazo sí se puede hacer un referéndum; como no puede hacerse es en las condiciones en las que se planteó hace unos meses, presionando al Estado".

Pérez Royo situó el origen del conflicto en la sentencia del Constitucional que en 2010 laminó el nuevo Estatut de Cataluña. "En 2007 ya avisé de que en el Constitucional se estaba fraguando un golpe de Estado. El Parlament catalán emitió un texto que fue sometido a referéndum. Y la sentencia desautorizó el pacto, desoyó el referéndum y se cargó la Constitución territorial. Y eso se ha traducido en el desorden que hemos visto en Cataluña desde entonces", analizó el catedrático por la Universidad de Sevilla.

Este experto no ve de momento la luz al final del túnel: "Es un tema político en el que no puede intervenir un órgano judicial. Si interviene, eso salta por los aires. Y esta es la situación en la que estamos, más complicada porque la justicia penal se ha metido en el tema. Es una situación dramática y ahora mismo es imposible saber cómo salir de ahí".