P ¿Andalucía es solamente el principio de lo que viene?
R Es una gran incógnita. El resultado en Andalucía se produce como consecuencia de la abstención, que a su vez viene de un desgaste del PSOE después de 36 años gobernando, ¡36 años! Que esto se tenga que reproducir en otras comunidades en mayo me parece muy aventurado. Lo que sí está claro es que Andalucía, como escenario político importante, marca una dinámica general. Vox ha disfrutado este último mes de una ventana de propaganda extraordinaria que han sabido utilizar bien. Nos habíamos autoconvencido de que esto aquí no pasaba. Había un pequeño complejo de superioridad de que nosotros no íbamos con la extrema derecha. Pues sí, nosotros también.
P Usted habla de "bloque reaccionario". ¿Lo ve en Balears?
R Decir que vaya a haber una mayoría con este signo en Balears, o en Valencia o en Navarra sería muy aventurado. Lo que está claro es que empieza una fase política todavía más compleja. Está claro que Vox entra en escena y que si en Andalucía ha sacado un 10 por ciento sacará porcentajes similares en otras autonomías. Andalucía también es una comunidad sin circunscripciones pequeñas, habrá que ver cómo se traducen sus resultados en otras comunidades. El escenario es hoy muy abierto.
P Ciudadanos no parece cómodo con el pacto en Andalucía.
R Ciudadanos está tomando estos días a los votantes como si fueran niños. Claro que han pactado con Vox. El pacto en Andalucía configura un bloque de poder. Hasta ahora Ciudadanos había hecho una cosa muy escénica, pactando con el PP en Madrid y con el PSOE en Andalucía y ahora se configura un bloque con el que si PP, Ciudadanos y Vox suman, sumarán. Eso a Ciudadanos le genera problemas escénicos, sobre todo de carácter internacional.
P Está su alianza con Macron.
R Horas antes de firmarse el Pacto, el Elíseo expresó su preocupación por la entrada de la extrema derecha en las instituciones españolas. Ciudadanos quiere ir a las europeas con Emmanuel Macron y aquí estamos en un tema muy sensible. Macron está ahora debilitado y las europeas son para él una prueba clave. Si es derrotado en las europeas por el Frente Nacional, su presidencia se hunde.
P Los resultados de ese "bloque" pasan en gran medida por lo que ocurra con Cataluña. ¿Funcionará la estrategia de diálogo de Pedro Sánchez para rebajar la tensión política?
R El tema catalán es importante, lo que no tengo claro es si es tan importante como algunos creen. Depende de la interpretación que se haga de los resultados en Andalucía te lleva a unas conclusiones o a otras: si la principal causa del resultado en Andalucía fuera Cataluña, Pedro Sánchez estaría condenado; si hay otros factores más importantes, como el desgaste del PSOE andaluz, con dos expresidentes procesados, con una situación económica en la que ha reculado en su posición en el PIB per cápita, esto te lleva a otra conclusión. La prueba para Sánchez es aprobar los presupuestos.
P ¿Y los aprobará?
R Creo que los partidos independentistas no presentarán enmienda a la totalidad a los presupuestos, lo que no tengo tan claro es a la hora de aprobarlos. Habrá una gran discusión y mucha tensión dentro del propio independentismo. No era lo mismo aprobar los presupuestos hace tres meses que ahora, porque ahora hay la hipótesis del nuevo bloque de poder.
P Usted ha llegado a decir que la solución en Cataluña pasa por admitir que no hay solución.
R Sí y lo mantengo. Lo que quiero decir con ello es que no hay que plantearse de manera angustiosa una solución entendida como una propuesta con la que arreglarlo todo. Esto ahora no existe. Lo importante es ver cómo van evolucionando las cosas. Es evidente que hoy en la sociedad catalana las posiciones son muy diversas, incluso dentro del independentismo, donde hay dos líneas. Los que quieren poner la pelota en el suelo, reagrupar fuerzas, ensanchar la base y que lo importante ahora es la defensa de las personas que serán procesadas. Y luego están los que quieren acabar con todo, que creen que lo que no se pudo hacer en octubre de 2017 se puede hacer ahora, lo cual a mí me parece una locura. No hay una mayoría de la sociedad catalana a favor de la independencia.
P Ha alertado de que los periodistas deben estar en guardia.
R Vox de alguna manera es el partido de Donald Trump en España. Hay un patrón en este populismo de derechas que nos recuerda de manera inquietante a cosas de los años treinta, en Estados Unidos y en Italia, que pasa por el enfrentamiento con la prensa. Esto pasará a España si es que no pasa ya. Lo que un día puede ser una conversación de bar otro día puede ser la decisión de un juez. Habrá una atmósfera hostil a la prensa. Hace una semana periodistas en Italia fueron agredidos por miembros de la extrema derecha.
P De momento, en Balears, el juez Florit ordenó requisar el móvil a dos periodistas.
R No creo que este caso tenga que ver con esto, pero sí que cuando se crea una atmósfera y alguien dice que hay que deslegitimar o debilitar a la prensa, se puede hacer de muchas maneras y desde diferentes instancias, que no tienen que ser siempre las mismas.
