Las águilas perdiceras (aquila fasciata), reintroducidas en 2011 tras extinguirse en Mallorca, se han duplicado en los últimos 5 años hasta alcanzar los 29 ejemplares, gracias tanto a su reproducción como a la reducción de las muertes por electrocución.

Según informó la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, en 2018 murió afectado por la corriente del tendido eléctrico un ejemplar joven, mientras que en los últimos años la media de águilas perdiceras muertas por esta causa era de 3 o 4. Medio Ambiente, que destaca los buenos resultados de la colaboración con la compañía eléctrica Endesa, apunta que en los últimos años han nacido en Mallorca once pollos de àguila coabarrada. "Un estudio reciente de la Universidad de Barcelona ha determinado que actualmente la población de águila perdicera es autosostenible", indicaron.