La negligencia o el abandono físico de los niños, la incapacidad para controlar su conducta o los casos de abusos sexuales centran buena parte de las denuncias recibidas durante 2018 por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMASn relación al Servicio de Menores. En concreto, y a falta de unas pocas jornadas para concluir el pasado ejercicio, este organismo contabilizaba 1.923 demandas recibidas en el citado departamento, lo que supone una media de algo más de cinco al día. Eso implica que la detección de este tipo de situaciones no deja de crecer año tras año.

La mitad de ellas se centran en cuatro apartados: los tres antes señalados y la existencia de problemas familiares graves como consumo de alcohol de los progenitores, falta de recursos, marginación o violencia doméstica. Estas categorías suman el 48% de las denuncias registradas. Y hay que tener en cuenta que un 37,5% del total están pendientes de determinar el tipo de actuación que es necesario poner en marcha.

Al margen de las 722 demandas que todavía no han sido clasificadas, el mayor número de denuncias, con 276 casos, están relacionadas con el abandono físico o la negligencia en el cuidado del menor, un tipo de comportamiento que se mantiene en cifras similares a las de ejercicios anteriores tras notables incrementos durante los años más duros de la crisis, según destacan responsables técnicos del citado departamento.

Mayor preocupación despierta el crecimiento que se está detectando en relación a la incapacidad de los padres a la hora de controlar el comportamiento de los menores, que en ocasiones deriva en agresiones de estos últimos a los progenitores. Durante el pasado año (a falta de unos días para concluirlo) se recibieron 256 denuncias en relación a este problema.

Según los técnicos del IMAS, en este apartado aparecen dos evoluciones igualmente alarmantes. Una es el crecimiento en el número de casos y otra es un descenso en la edad de los menores relacionados con estas situaciones.

Según se señala, estos problemas vienen provocadas en muchas ocasiones por la falta de habilidades de los progenitores a la hora de afrontar la formación de los hijos, muy consentidos durante la niñez y que en la preadolescencia registran un comportamiento exigente y agresivo que sus mayores no son capaces de controlar. Este tipo de denuncias se encuentran entre las que más han aumentado durante los últimos años.

Acoso sexual

El tercer motivo más habitual entre las denuncias relacionadas con menores que recibe el citado instituto dependiente del Consell de Mallorca es el acoso sexual, con 201 casos registrados, o lo que es lo mismo, una media que supera una demanda cada dos días. En este apartado, la cifra se mantiene en tasas similares a los de ejercicios anteriores, según se indica, aunque un aspecto a tener en cuenta es que el número antes señalado corresponde solo a los casos detectados, sin que se pueda estimar cuántos no se llegan a hacer públicos.

La mayoría de las situaciones de acoso sexual a un menor suelen estar protagonizadas por personas de su entorno (puede ser un familiar o un amigo, por ejemplo). Pero durante los últimos años la vulnerabilidad de los niños ante este tipo de situaciones se está viendo incrementada a causa de su creciente exposición a través de internet, lo que facilita que desconocidos se puedan poner en contacto con ellos. Es por ello que se hace hincapié en la necesidad de que los progenitores mantengan un cierto nivel de vigilancia sobre la actividad que los pequeños mantienen en las redes sociales

Los técnicos del IMAS admiten que no es sencillo determinar cuándo un menor está siendo objeto de acoso, pero apuntan que los padres pueden disponer de indicios, normalmente vinculados a cambios bruscos de comportamiento por parte del niño, como volverse más retraído o más frío en el aspecto afectivo, por citar algunos ejemplos.

Caso aparte, y ya con un número inferior de denuncias, es el de la explotación sexual de menores de edad. Durante el pasado año se contabilizaron tres demandas relacionadas con este problema.

El cuarto caso más común, con 195 denuncias, es el relacionado con problemas en el seno de la familia, como separaciones, consumo de alcohol y drogas, falta de recursos, marginación o violencia doméstica, situaciones que pueden derivarse en una separación temporal del menor de sus progenitores.

Ya con una cifra de demandas más reducida, el quinto caso más frecuente es el del maltrato físico, con 70 demandas. Aunque pueda parecer lo contrario, ésta es una de las situaciones más fácil de abordar por parte de los técnicos del IMAS, dado que se trata de una violencia 'cultural', es decir, por parte de padres que asumen la violencia como una forma de educación y castigo. El contacto del personal del IMAS con ellos hace en la mayoría de los casos se produzca un cambio de actitud y cese esa violencia.

La lista sigue con la imposibilidad temporal de asumir el cuidado del menor, en situaciones que pueden ir desde el encarcelamiento del progenitor hasta la hospitalización, con 56 denuncias, seguido del maltrato emocional, con 55.

Entre los casos detectados aparece un tipo de situaciones que están protagonizando uno de los mayores crecimientos y que hace solo unos pocos años tenían un carácter marginal: la llegada de menores extranjeros no acompañados. Durante el pasado año (hasta bien entrado diciembre) se contabilizaron 44 denuncias de este tipo.

Los técnicos del IMAS destacan el aumento de estas demandas relacionadas con la migración irregular y con casos en los que es la propia familia la que empuja al menor a llegar a Europa para que luego les pueda enviar dinero. Este problema es complejo, por cuanto se trata de menores que no tienen a nadie a su lado y que en muchos casos ni siquiera disponen de un conocimiento mínimo de idioma o cultural.

La lista incorpora 23 casos de maltrato prenatal y 10 de abandono o renuncia de los padres, entre otros.