El Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) tiene la tutela de unos 1.100 menores, que viven separados de sus progenitores, aunque la mayor parte está al cuidado de otros familiares. Pese a ello, unos 300 se encuentran en diferentes centros de acogida.

Según señalan los técnicos de este organismo dependiente del Consell de Mallorca, cuando la tutela de un menor pasa temporalmente a sus manos, la prioridad es encontrar a algún familiar que pueda acogerlo, como tíos o abuelos. En esta situación se encuentran actualmente algo más de 400 niños.

Pero cuando no hay ningún familiar que pueda hacerlo, o no está en situación de dar esa acogida(ya sea por falta de medios o cualquier otro problema), los menores disponen de otros programas para ser atendidos, y el objetivo es siempre que se encuentren en un entorno familiar, aunque no sea el suyo.

Es aquí cuando entran en juego familias que se presta voluntariamente a atender a estos menores. En el caso de las acogidas temporales, se entra en el programa Canguro, en el que se cuenta con cerca de un centenar de familias activas que se hacen cargo de esos menores de cero a tres años (aunque puede llegarse a los 6 años) durante un tiempo máximo de dos anualidades (límite de las acogidas temporales). El objetivo es que ni un solo menor de tres años tenga que estar viviendo en un centro del IMAS.

Si se trata de una acogida permanente, se entra en el programa Nido, al margen de que se ponga al niño a cargo de un familiar propio o de otra familia.

Visitas a los padres

Un dato que se aporta es que estos acogimientos no suponen romper el vínculo con los padres, dado que el menor puede visitarlos. Por ejemplo, cuando algún padre entra en prisión, se programan visitas del niño, siempre y cuando éstas no resulten negativas para él.

Pero no son los únicos programas diseñados por el IMAS. Por ejemplo, si se trata de menores con necesidades especiales, se recurre al programa ACOTE, y si son hermanos a los que no se quiere separar, al denominado Abrigo, este último también para menores de 6 a 12 años.

Todas las familias de acogida disponen de una ayuda económica y además se les hace un seguimiento para comprobar que la situación del menor es óptima.

Eso hace que en estos momentos solo unos 300 de estos niños, todos de más de 3 años de edad, estén residiendo en centros de acogida de varios tipos, uno para los menores de 13 años, y otro para aquellos que tienen entre 13 y 18 años, a lo que se suman los programas para menores embarazadas o con hijos, y para niños con problemas de conducta.