Los cambios que ha introducido el Govern del Pacto de Izquierdas en la Ley Agraria, para contentar al sector agrícola, flexibilizando que puedan alojar turistas no gusta a los payeses. Desde Asaja consideran que seis plazas por explotación no sale rentable y, además, con el redactado de la norma que se ha consensuado entre los grupos políticos se deja fuera de la actividad turística a cooperativas, sociedades agrarias de transformación (SAT) o incluso comunidades de bienes, figuras jurídicas cada vez más utilizadas para la actividad agraria. Consideran que la exigencia de que el agricultor o ganadero debe residir en la finca imposibilita que estas sociedades o cooperativas puedan alojar a turistas.

Tal y como publicó ayer este periódico, el Govern ha rebajado de forma importante las llamadas 'Agraestades' en la Ley Agraria. Hasta el momento para alojar turistas solo se podía hacer en la casa del payés y durante seis meses al año. Ahora han cambiado y podrán albergar visitantes en cualquier dependencia de la finca y durante todo el año. Lo que ocurre es que obliga a que para realizar la actividad turística el agricultor debe vivir en la finca.

Joan Simonet, gerente de la organización agraria mayoritaria en las islas, Asaja, considera que los cambios siguen dejando fuera a muchas explotaciones que podrían beneficiarse del turismo: "La obligación de que el agricultor resida en la finca hace que muchas cooperativas o sociedades agrarias de transformación de varios socios que explotan fincas no puedan alojar turistas, ya que la mayoría de ellos no residen allí y solo acuden a ella para trabajar". De igual modo, apuntó que no quedan bien definidas las llamadas explotaciones agrarias preferentes que con el tipo de cultivo pueden cambiar su condición.

Tanto Asaja como Unió de Pagesos presentaron alegaciones a la Ley Agraria y uno de los principales argumentos era que solo autorizar seis plazas turísticas por explotación es muy poco. Reclamaban como mínimo entre 8 y 12 plazas para conseguir una rentabilidad. No obstante, el Govern ha decidido mantener el máximo de seis turistas a la vez para alojarse en fincas agrícolas.

Simonet recriminó que el Govern "se dedique a hacer urbanismo mediante una ley que debe regular la actividad agraria".