Balears acumula varias temporadas turísticas con cifras récord y la riqueza que genera y su empleo se sitúan ya por encima de los niveles previos a la crisis. Pero a pesar de ello, existen bolsas de pobreza que siguen sin debilitarse y familias cuya situación se va agravando cada día que pasa, según constatan algunas de las organizaciones dedicadas a prestar ayuda social en las islas, como son Cruz Roja y Càritas Mallorca. Aunque en algún caso la cifra de demandantes de auxilio muestra un ligerísimo recorte, las intervenciones que se llevan a cabo no dejan de crecer debido a que los problemas derivados de la falta de medios se van haciendo crónicos.

La coordinadora autonómica de Cruz Roja, Juana Lozano, y el director de Càritas Mallorca, Sebastià Serra, coinciden en que existe una bolsa de pobreza en las islas que está siendo muy difícil de reducir. Según la primera, la cifra de usuarios que acuden a Cruz Roja para solicitar ayuda se está reduciendo este año a un ritmo notablemente débil, de un 1,5%, pero por contra las intervenciones que se están llevando a cabo crecen un 7% debido a que los problemas de esas familias se han cronificado y son cada vez más graves. Por su parte, Sebastià Serra habla directamente de un aumento en las peticiones de auxilio que su organismo recibe en las islas, que cifra en torno a un 3%.

Ninguno de ellos oculta que la mejoría del empleo en Mallorca está aliviando la situación de muchas familias, pero ambos señalan que la precariedad de los puestos de trabajo y unos salarios muy bajos están haciendo que muchas personas tengan los recursos justos para cubrir sus gastos básicos, y tengan serios problemas para afrontar cualquier desembolso extraordinario, algo que se pone en evidencia en campañas concretas como las de el regreso de los niños al colegio o la de Navidad, momentos en que se detecta un aumento en las solicitudes recibidas. Hay que tener en cuenta que durante estas fechas se ponen en marcha iniciativas muy concretas como la del reparto de juguetes para los más pequeños.

Y a ello se suma el factor antes mencionado: las familias isleñas en situación de exclusión social llevan ya muchos años registrando esta vulnerabilidad, y cada vez se hace más grave, lo que supone que las ayudas que precisan son cada vez más numerosas.

En este sentido, Sebastià Serra recuerda el reciente informe sobre la pobreza en Balears elaborado por la Xarxa per a la Inclusió Social, formada por organizaciones que atienden a los afectados. Según este estudio, uno de cada cuatro isleños vive en riesgo de pobreza o de exclusión social, una tasa que no deja de crecer. Y en un 7,8% de los casos, su situación es de pobreza severa.

Principales ayudas

Juana Lozano destaca que por lo que respecta a las ayudas que conllevan la entrega de productos, las más numerosas siguen siendo las de alimentos, que aunque no han crecido, se mantienen estables y sin recortes en el caso de Cruz Roja. Por contra, en Càritas esas peticiones no dejan de aumentar, según pone de relieve Sebastià Serra.

En segundo lugar destaca la demanda de productos de higiene, sobre todo infantil, como es el caso de los pañales debido a su alto precio. El tercer puesto lo ocupan los productos sanitarios.

Por lo que respecta a la petición de ayudas económicas, las más numerosas en Cruz Roja tienen como objetivo poder pagar suministros del hogar, como agua y luz, seguidas de aquellas vinculadas a pagos de primera necesidad como puede ser el alquiler de la vivienda. En este aspecto, desde Càritas se destaca el enorme problema que está suponiendo para muchas familias el fuerte encarecimiento que han registrado los alquileres, especialmente para personas mayores que se ven expulsadas de sus residencias y barrios.

La tercera petición de ayuda económica más habitual está relacionada con los menores, y es la destinada con la educación, como es la adquisición de material escolar. Estas solicitudes se hacen especialmente intensas durante el mes de septiembre por el comienzo del curso escolar, y no han dejado de crecer.

Por lo que respecta al perfil de los que acuden a estas organizaciones, lo más habitual es que sean mujeres (tanto en Cruz Roja como en Càritas la proporción es de tres mujeres por cada dos hombres), que en muchos casos viven solas con sus hijos (familias monoparentales), con edades que se mueven entre los 31 y los 51 años. La presencia de familias con alguno de sus miembros en paro es también muy habitual. Según Càritas, la proporción de españoles y extranjeros es muy similar.