Desde el año 2009, el servicio de Cardiología de Son Espases está colocando válvulas aórticas por vía percutánea, a través de la arteria femoral, a pacientes mayores con varias patologías asociadas o en un estado de salud tan precario que desaconsejaba su paso por el quirófano.

Para estos pacientes, con los que antes no se podía hacer nada y de los que aproximadamente la mitad fallecían en los tres siguientes años de la aparición de los primeros síntomas, se abrió desde ese año una vía para que no solo vivieran unos años más, sino también para que en ese periodo ganado gozaran de una mayor calidad de vida, resalta el doctor Vicente Peral, jefe de Cardiología de Son Espases y verdadero promotor de esta técnica.

"La sangre sale del corazón desde el ventrículo izquierdo por la arteria aorta. En esta arteria hay una válvula que es como una especie de puerta que permite salir la sangre para que se distribuya por todo el organismo y al mismo tiempo se cierra impidiendo que vuelva a entrar en el corazón", explica gráficamente Peral el funcionamiento de la válvula aórtica.

Esta válvula se va degenerando con la edad. Con el paso del tiempo se van acumulando en ella células que, al calcificarse, van estrechando poco a poco la válvula dificultando el normal tránsito sanguíneo. "Es lo que se conoce médicamente como estenosis aórtica", apunta el jefe de Cardiología, que añade que este paulatino estrechamiento es asintomático por lo que el paciente solo empieza a notar molestias cuando la obstrucción ya reviste gravedad.

"Cuando el paciente empieza a fatigarse en exceso, le falta el aire al caminar (disnea), sufre dolor de pecho o padece síncopes y pérdidas repentinas del conocimiento, su pronóstico empeora", enumera Peral los síntomas que deben conducirnos inmediatamente a la consulta de un especialista.

"Con estos síntomas, uno de cada dos pacientes fallecían en los tres primeros años tras su primera manifestación. La solución tradicional era sustituir la válvula aórtica mediante cirugía abierta. El problema es que un 30% de los pacientes eran inoperables ya que, por sus enfermedades asociadas, por su comorbilidad, corrían un grave riesgo de fallecer en el transcurso de la intervención. Por lo tanto, no se podía hacer nada con ellos", continúa el cardiólogo.

Pero en el año 2009 llegó un nuevo procedimiento conocido como Implante de Válvula Aórtica Transcatéter (TAVI, por sus siglas en inglés). "Con esta técnica se coloca la válvula mediante un catéter que se introduce por la arteria femoral. La válvula va plegada y se despliega cuando llega al lugar de su colocación. Esta válvula tiene una plataforma de stent (muelle coronario) que queda anclada en la arteria aorta gracias con los restos de cal que la habían obstruido", explica el proceso el doctor Peral al tiempo que lo contrapone con su colocación mediante cirugía abierta en la que el cirujano cardiaco, una vez colocada la válvula, la "fija" cosiéndola a la arteria.

Sobre las bondades que reporta esta técnica, el jefe de Cardiología glosa sus ventajas resaltando que el tiempo de estancia del paciente en el hospital se reduce a los dos o tres días tras la intervención del hemodinamista (cardiólogo intervencionista).

"Con los pacientes jóvenes o sin riesgos añadidos se sigue usando la cirugía abierta pero, una vez evaluados los buenos resultados que está proporcionando esta técnica, se ha decidido aplicarla también a los pacientes de riesgo intermedio. Originalmente solo se hacía con los de alto riesgo y creo que, en breve, se hará incluso con los de bajo riesgo", augura el especialista.

El coste de la válvula, que contiene material biológico, pericardio de porcino o vacuno, es elevado. El actual precio de mercado oscila entre los 17.000 y 20.000 euros, pero el doctor Peral defiende que, aún así, ahorra dinero al Servei de Salut. "Cuando no se ponía a los pacientes de alto riesgo, el coste del elevado número de ingresos hospitalarios de estos pacientes superaba con mucho el coste de esta válvula", argüye aún admitiendo que esta válvulas tienen una vida útil de unos veinte años, periodo a partir del cual comienzan a degenerarse.

El doctor Peral revela que 2009 fue el primer año en que se puso una de estas válvulas en Son Espases, la primera. "En 2010 pusimos 13, cuatro por vía femoral y 9 por vía apical; en 2011, 3; en 2012 ninguna a consecuencia de los recortes por la crisis económica; en 2013, 2; en 2014, 5; en 2015, 14; en 2016, 27; en 2017, 40 y este último año colocaremos 46, 38 por vía transfemoral y 8 por vía transapical, que es una microcirugía mediante la que se accede a la zona por debajo del pezón izquierdo y en la que hay que realizar una punción en el ventrículo izquierdo", explica las diferentes técnicas el especialista, que se congratula del imparable crecimiento del número de estas intervenciones.

"Y el año que viene las empezaremos a colocar por vía transaxilar, a través de la arteria axilar situada a la altura del hombro porque necesitamos arterias de calibre más ancho", adelanta Peral, que concluye revelando que la recomendación clínica actual es instalar la válvula por cirugía abierta a partir de los 65 años y a partir de los 75 por esta vía endoscópica. Lo que no quita que, confiesa Peral soslayando la posibilidad de un tirón de orejas por parte de la gerencia del hospital, que hace unos años decidiera colocársela a una señora de 93 años de Inca que, revela, "el otro día me envió una foto de su fiesta por su 96 aniversario que le hicieron en su residencia de ancianos."

"Recuperan el fuelle y ganan muchísima calidad de vida. Además, estos pacientes, tras serles colocadas estas válvulas, pueden perfectamente morir de otra causa que no necesariamente sea la estenosis aórtica", concluye el cardiólogo dando esperanzas a una población que no solo cada vez vive más, sino que cada vez quiere vivir mejor.