La Universitat establecerá nuevos protocolo de actuación y códigos éticos para atajar y actuar ante el acoso sexual y laboral; los conflictos de intereses; los procesos de selección de profesorado poco transparentes y el plagio.

Esos son algunos de los múltiples aspectos que la UIB quiere tener controlados para evitar que los miembros de la comunidad universitaria incurran en comportamientos deshonestos.

Así lo recoge el documento de orientaciones y recomendaciones confeccionado por la Comisión sobre la Integridad Académica de la UIB. Esta comisión fue impulsada por el rector Llorenç Huguet tras el estallido del caso Minerval.

Además de Huguet (que la preside) forman parte de la comisión Xesca Mas, presidenta del Consell Social de la UIB; Joan Rosselló; Teresa Ferrer; Magdalena Gianotti y Joana Maria Petrus, profesoras que han sido Síndicas de Greuges; Jeroni Reynés, jefe de la asesoría jurídica; y Jaume Sureda, que ha coordinado la comisión.

El documento fue entregado ayer al Consell de Govern de la Universitat y después se hará llegar a los representantes de la comunidad universitaria para que hagan sus aportaciones.

Las indicaciones se ordenan por apartados. En relación a la docencia, se recomienda crear un código ético y un protocolo de actuación que regule aspectos como el acoso sexual y el laboral (un trabajo en el que ya ha empezado a trabajar la Oficina per l'Igualtat d'Oportunitats entre Dones i Homes y el servicio de Prevención).

Cabe recordar que justo ahora se acaba de abrir el juicio oral contra dos profesores de la UIB por un posible acoso a un compañera del departamento de Filosofíajuicio oral contra dos profesores de la UIB por un posible acoso a un compañera del departamento de Filosofía.

Además, la comisión aconseja que los protocolos regulan y velen por la transparencia en los procesos de selección del profesorado, que también fueron puestos en cuestión por la denuncia de un aspirante, Miquel Comas, a una plaza precisamente en Filosofía. El vicerrectorado de Profesorado, recoge el documento, "ya ha iniciado la redacción de un protocolo para garantizar que el procedimiento sea más transparente".

También se recogerán los procesos de evaluación; el cumplimiento de las tareas docentes; los procesos de certificación (expedición de títulos, notas...) y los procesos de selección de alumnado.

En el ámbito de la investigación se recomienda impulsar un código y un protocolo que deberán regular al menos aspectos como la integridad y la investigación con personas y la protección de los datos personales; los conflictos de intereses; la gestión de los datos de la investigación; la utilización de animales en la investigación; y el fraude en cualquier trabajo académico (de las tesis a los trabajos de clase).

Manuel sobre el plagio

En este sentido, los autores del documento aconsejan crear un manual sobre el plagio que se entregaría a cada nuevo alumno, así como un tutorial que todos los estudiantes deberían visualizar. Plantean además obligarles a firmar un "contrato pedagógico". Proponen también incluir créditos en los planes de estudios relacionados con la integridad académica en los ámbitos profesionales en los que trabajarán, así como competencias para que sepan manejar y citar bien la información y evitar el plagio involuntario.

Para controlar que se cumplen los principios sobre la integridad académica, la comisión aconseja que los protocolos se activen "de manera efectiva ante una mala praxis". También aboga por crear un servicio de inspección para solucionar los conflictos por comportamientos deshonestos.

El documento ve necesario que en nueve meses estén aprobados los códigos y el manual sobre el plagio, habiendo propiciado antes la participación.