La fiscalía anticorrupción de Madrid puso ayer luz sobre el paradero de los móviles y otros dispositivos electrónicos de trabajo de Kiko Mestre y Blanca Pou, que fueron confiscados por la Policía el pasado 11 de diciembre. Estas herramientas de trabajo se hallan custodiadas por el juzgado y, según anticorrupción, no se ha producido aún el volcado y análisis de sus contenidos y archivos.

"En un momento posterior, y caso de ser necesario, se acordaría respecto al acceso al contenido de los teléfonos intervenidos, diligencia que se practicaría poniéndolo previamente en conocimiento de las personas afectadas", afirma la nota emitida en la tarde de ayer. El auto del juez Miguel Florit, del que solo ha trascendido su parte dispositiva, ordenaba a los informadores la entrega voluntaria de sus móviles y de toda la documentación en soporte digital o analógicoordenaba a los informadores la entrega voluntaria de sus móviles y de toda la documentación en soporte digital o analógico relativa al caso Cursach.

En caso de negativa de los dos informadores, que no figuran como investigados en las diligencias, Florit dispuso la requisa del material y el registro de sus respectivas redacciones.