El Govern balear va a pedir la condena de la cúpula del Grupo Cursach -Bartolomé Cursach, Bartolomé Sbert y Antonio Bergas-, y de dos funcionarios autonómicos, la exdirectora general de Turismo Pilar Carbonell y Bernardí Seguí, por, presuntamente, dar un trato de favor a los negocios del magnate de la noche por miedo bien 0 a cambio de regalos y prebendas.

El Govern ejerce la acusación particular en la pieza separada llamada de los cohechos y que anteayer fue calificada por la fiscalía anticorrupción, acusación pública que pide la condena para los 5 citados y otros 19 encausados.

La Abogacía del Govern no formulará acusación contra funcionarios de los ayuntamientos de Palma y de Calvià por no tener competencias sobre ellos, pero sí que piensa solicitar penas similares a las de la fiscalía para los máximos responsables del Grupo Cursach, Carbonell y Seguí.

Anticorrupción sostiene, en una línea argumental que seguirá el Govern, que Cursach durante años se dedicó a presionar a la conselleria de Turismo para conseguir un trato de favor para sus negocios, tanto a la hora de salir indemne de irregularidades o denuncias o de legalizar obras sin licencia.

Los fiscales señalan que el Grupo Cursach presuntamente intimidó y asustó a los funcionarios de Turismo que no se plegaban a sus deseos y cuentan dos casos concretos de estas presiones.

Estos hechos, que habrían ocurrido en abril y septiembre del 2016, fueron sufridos por dos funcionarios de Turismo. En uno de los casos un jefe de departamento fue conminado a que los inspectores a su cargo avisaran a Bartolomé Sbert del día y hora de una visita oficial al hotel BH del Grupo. El funcionario presuntamente coaccionado declaró ante el juez que se plegó a ese chivatazo por el miedo que le inspiraba el holding de Cursach y sus posibles represalias.

Quejas de turistas

La otra funcionaria también fue obligada por sus superiores a avisar a Sbert de una visita de inspección y de la documentación que debería aportar tras una queja de unos turistas españoles por cobrarles más caro que a los extranjeros en el Megarena.

Pilar Carbonell, que fue durante años funcionaria del área de Turismo del ayuntamiento de Calvià y después ocupó el cargo de directora general de Turismo en el actual Govern, es sospechosa de dar un trato de favor a Cursach, al hacer prescribir sanciones por multas a sus tiqueteros o darle todo tipo de facilidades y favores en sus empresas y obras ilegaleshacer prescribir sanciones por multas a sus tiqueteros o darle todo tipo de facilidades y favores en sus empresas y obras ilegales.