El viernes se despide el otoño y lo hace como el tercero más lluvioso en los últimos 30 años. Una posición que le debe a un mes de octubre de récord marcado por las intensas precipitaciones del día 9 que provocaron la torrentada en el Llevant dejando 13 víctimas mortales torrentada y daños materiales por valor de 91 millones de euros. Ese día, el pluviómetro de la Colònia de Sant Pere, en Artà, batió su record diario, mensual y dejó el otoño de 2018 como el más lluvioso en la comarca desde que se registran datos, desde 1985. A la torrentada le siguió el desbordamiento de torrentes en la zona de Pollença, apenas unas semanas más tarde, el cap de fibló que dejó sin suministro eléctrico durante dos días a buena parte de Menorca y la niebla densa que dificultó el tráfico aéreo en Son Sant Joan para marcar un otoño que perdurará en la memoria colectiva de Baleares.

Según los datos difundidos hoy en rueda de prensa por la Agencia Estatal de Meteorología de Baleares (Aemet), si lo normal en las islas es un promedio de precipitaciones de 215 litros por metro cuadrado en otoño, este año se han llegado ha registrar 348 litro por metro cuadrado, un 62 por ciento más. Los días de lluvia han sido 34 cuando la media habitual del otoño en las islas es de 16.

El mes más destacado fue octubre, donde con 208 litros por metro cuadrado se superó el doble de los valores normales, triplicándolos en el norte de la isla y cuadruplicándolos en el Llevant.

Según ha señalado la delegada de la Aemet en las islas, María José Guerrero, en esas precipitaciones por encima de la media "ha sido importante el peso de las lluvias del 9 de octubre" en el Llevant, si bien ha apuntado también a las lluvias que tuvieron lugar semanas más tarde en el norte de la isla y que llegaron a desbordar un torrente en Pollença.

Sobre la riada del Llevant, en que la Aemet activó la alerta roja cuando ya se iniciaba el recuento de víctimas y que desembocó en una investigación interna, Guerrero ha evitado pronunciarse remitiendo a la dirección estatal de la Aemet y se ha limitado a explicar que "se está trabajando" en la puesta en marcha de más dispositivos en las islas para registrar fenómenos de este tipo.