José María Aznar protagonizó algo más de una hora de charla en el Club Diario de MallorcaClub Diario de Mallorca en la que en ningún momento nombró a Mariano Rajoy, su sucesor al frente del Gobierno y presidente del Gobierno entre 2011 y 2018. "En general la política española ha empeorado desde 20014", dijo en referencia al año en que él abandonó el Gobierno para dar paso a José Luis Rodríguez Zapatero, primero, y el propio Rajoy después.

La relación entre los dos líderes de la derecha española se deterioró hasta ser inexistente. Aznar evitó en todo momento referirse a la etapa de su sucesor, esquivando las preguntas al respecto de los dos moderadores, Maria Ferrer y John Müller.

El expresidente comparó a los políticos de ahora con los que él coincidió cuando estuvo al frente del Gobierno entre 1996 y 2004. "Hoy veo una tendencia a estar en política, no a hacer política".

En los años 90 llegamos un grupo de gente con un proyecto de España; no queríamos estar en el Gobierno, sino transformar el país. Hoy veo poca idea de futuro y ese es uno de los problemas que tenemos que resolver", indicó, sin querer precisar si también incluía a los dirigentes que acompañaron a Rajoy.

En cambio no tuvo reparos en elogiar al actual líder del PP, Pablo Casado; el presidente de Vox, Santiago Abascal; y el de Ciudadanos, Albert Rivera. "No le considero uno de esos políticos superficiales que hay actualmente. Ciudadanos ha tenido una trayectoria muy relevante, y ha sido un valor sólido en las cuestiones importantes", aprobó Aznar.

El expresidente también recordó que él decidió dejar voluntariamente la política activa después de dos mandatos. Y de nuevo sin mencionar a Rajoy, al que solo le descabalgó del poder una moción de censura. "Todas las experiencias de gente que ha querido prolongar demasiado su estancia en el poder han terminado mal. A los ocho años de llegar al Gobierno sabes más, pero olvidas cosas que en la política son importantes. Como el contacto con la gente. O como cuando has salido a un plaza de toros a hablar 30 veces, ya te impresiona menos que la primera vez", destacó.

Todavía añorado por una buena parte de los votantes conservadores, el expresidente garantizó que dará la batalla por mantener el orden establecido. "Haré todo lo que esté en mis manos para que la vigencia de la Constitución sea incuestionable", dijo rotundo.

Y descartó un regreso a la primera línea de la política, pero se complació en recordar que sigue siendo muy solicitado: "No ha pasado ni un solo día sin que alguien me haya dicho que vuelva".