El sector balear de la construcción ha entrado en una fase de fuerte recuperación, con ritmos de crecimiento superiores a la media de la economía de las islas, y ello a pesar de que arrastra deficiencias que limitan su expansión. Una de ellas es la bajísima formación de su mano de obra, ya que un 59,9% de sus trabajadores tienen una cualificación inferior a la que realmente necesitan las empresas, lo que conlleva una baja productividad, como lo refleja el que la rentabilidad económica del sector en Balears es del 5,2%, frente al 7,7% de la media balear. Y a ello hay que sumar que el impulso que está registrando esta actividad se sustenta en la ampliación y reforma de instalaciones y en la adquisición de viviendas por parte de inversores, porque las familias del archipiélago apenas participan en esta evolución al alza por sus problemas para poder comprar un inmueble.
Todos estos datos aparece en el informe sobre la construcción que ha elaborado la Fundación Impulsa y que ayer fue presentado por su director, Antoni Riera, junto a los presidentes de la patronal CAEB y de la asociación de constructores de las islas, Carmen Planas y Eduardo López respectivamente, en un acto en el que también estuvo presente el director general de Arquitectura, Eduardo Vila.
En este estudio se destaca la fuerza con que se está recuperando la actividad en el sector, que supone ya un 6,2% del producto Interior Bruto de las islas, aunque todavía está lejos del 11,7% que llegó a alcanzar antes de la crisis, aunque Riera reconoció que en absoluto sería positivo recuperar este último nivel. Al respecto, destacó que su ritmo de crecimiento se está situando en un 5%, cuando el conjunto de la economía balear solo lo hace un 2,6%.
Ritmo de crecimiento
Según Riera está situación positiva debe de ser aprovechada para hacer frente a deficiencias muy notables que se registran en esta actividad, como es la antes señalada de la baja cualificación de su personal, tras una crisis económica que ha destruido a muchas empresas pero también a muchos equipos humanos que contaban con una mejor formación.
Otro problema es que su estructura tiene un peso excesivo de autónomos y de microempresas, por lo que el director de Impulsa defendió que se tienda a un proceso de concentración para que las empresas sean más grandes y así más productivas.
Todo eso explica que las recomendaciones de Antoni Riera pasen por una apuesta por el personal con mayor calificación y por la tecnología. Pero no ocultó que también es necesario trabajar en el marco normativo junto con las Administraciones.
Además, advirtió de que el peso de los inversores se va a ir reduciendo debido a que las oportunidades van a ser cada vez menores y a una prevista subida de los tipos de interés, por lo que defendió la necesidad de buscar fórmulas para que las familias de Balears puedan adquirir viviendas.
Por otro lado, Antoni Riera señaló la elevada concentración de esta actividad en cinco municipios del archipiélago, como son Palma, Eivissa, Manacor, Calvià y PalmaManacorCalviàMarratxí.
