La Seu de Mallorca acogió ayer por la mañana la misa de acción de gracias para conmemorar la festividad de la Inmaculada Concepción con un protagonista especial para la ocasión. La homilía fue presidida por el cardenal mallorquín Luis Francisco Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, uno de los cinco cargos de más peso dentro de la estructura actual del Vaticano, persona de la absoluta confianza del Papa Francisco y el mallorquín de mayor rango eclesiástico de toda la historia de nuestra Diócesis.

El purpurado se acordó de sus cargos de responsabilidad en el Vaticano y pidió a la Virgen María que le diera fuerzas para acometer la labor que el Papa Francisco le ha encomendado como la persona que se encarga de marcar la doctrina de la Iglesia Católica. Ladaria realizó un sermón breve, pero sentido y siempre en catalán de Mallorca y con el acento de su Manacor natal.

El cardenal Ladaria, que el pasado viernes recibió el premio Popular d'Honor que le otorgó la Cadena Cope-Mallorca, quiso dar las gracias a toda la Iglesia de Mallorca y a toda la gente que ayer hizo acto de presencia en su eucaristía celebrada en la Catedral de Mallorca.

Durante su sermón destacó la figura clave de la Virgen María que "vivía en el amor, no en el temor", recordó Ladaria. En una Catedral que registró una gran asistencia de público, el purpurado de Manacor concluyó sus palabras desde el púlpito de honor de los obispos diciendo: "Pido luz y fuerza para llevar a cabo la labor que me ha encomendado el Santo Padre Francisco". Era una forma de hacer partícipes a los católicos de su tierra de las altas cotas de poder que ha alcanzado a nivel eclesiástico.

El cardenal de Manacor estuvo acompañado del Obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, así como por una importante representación de canónigos y sacerdotes de la Diócesis mallorquina que no se quisieron perder la homilía solemne del purpurado de Manacor y uno de los hombres con mayor influencia sobre el Papa Francisco. No en vano, el cardenal mallorquín fue el encargado de revisar y actualizar el Catecismo. Un encargo exclusivo del Santo Padre en el que se decidió eliminar de sus páginas la pena de muerte. El propio Ladaria lo comunicó mediante una carta a todos los obispos del mundo: "La pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona".

Luis Francisco Ladaria alabó ayer el trabajo de monseñor Taltavull al frente de la Iglesia de Mallorca, dándole las gracias por su acogida en la misa de acción de gracias y en el acto de los premios de la Cadena Cope.