El pleno del Parlament rechazó ayer tomar en consideración la propuesta de reforma fiscal planteada por el PP, por 33 votos en contra (PSIB, Podemos, MÉS) y 22 votos a favor (PP, El Pi y Cs).

La encargada de defender la iniciativa fue la portavoz adjunta del PP, Margalida Prohens, quien defendió que era una proposición de ley "realista y estudiada" y analizada por profesionales externos.

La diputada mantuvo que la reforma perseguía "una bajada de impuestos que beneficie directamente a las clases medias y bajas". "Ya está bien de vender humo, de anunciar rebajas y deducciones que nunca llegan a ninguna parte. Ya está bien de poner letra pequeña en los anuncios que hacemos aquí y que se traducen en que casi nadie nota sus efectos", fueron algunas de las palabras de Prohens desde la tribuna de oradores.

El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Andreu Alcover, tachó de la propuesta del PP de "electoralista, demagógica y poco seria". "El PP siempre dice lo que la gente quiere oír, aunque vaya en contra de sus principios", aseveró el portavoz socialista, que aseguró que "todo el mundo quiere oír hablar de bajar impuestos, pero la propuesta del PP no se aguanta por ningún lado".