La tensión que viven los vecinos del Pla de na Tesa por los okupas cristalizó ayer en una pelea con arma blanca entre un residente del barrio y un transportista que vaciaba una de las viviendas okupadas. Los hechos sucedieron por la mañana en la calle Gregal, la zona cero del problema desde que hace un año varias familias se han turnado para okupar dos viviendas vacías de una promoción de Bankia.

El residente se enfrentó a un hombre que transportaba muebles creyendo que los iba a meter en una de las casas y ambos se han enzarzado en una pelea que terminó cuando el transportista le amenazó con un cuchillo, según relataron varios testigos.

Fuentes del Consistorio de Marratxí señalaron que el agresor, que se dio a la fuga, estaba sacando enseres de la vivienda a petición de la familia okupa porque el próximo lunes se ejecutará su orden de desahucio. El vecino, por su parte, terminó con una fuerte contusión en un ojo.

Pese al altercado, otros dos transportistas se acercaron a la vivienda para seguir vaciándola. Queda una segunda casa okupada por una familia con tres menores que también deben abandonarla antes del lunes, cuando se personará en la vivienda una comitiva judicial para desalojarla.

La pelea es ilustrativa de la tensión que se respira en la zona desde que en octubre de 2017 se instalaran los primeros okupas. Los vecinos aseguraban que vivían atemorizados porque los recién llegados eran violentos y hacían ruido hasta altas horas de la madrugada.

El pasado septiembre se marcharon, pero poco después otras dos familias okuparon las dos viviendas, reabriendo el conflicto con los vecinos. Según el Consistorio, los nuevos moradores accedieron a los dos unifamiliares comprando las llaves a los anteriores por entre 300 y 500 euros.

Los vecinos, que aseguran que los actuales okupas también son conflictivos, esperan que el lunes se resuelva definitivamente el problema con el tapiado de las dos viviendas.