Los médicos aplauden el uso mínimo de la lengua propia

En las oposiciones a facultativos de familia y urgencias el 88% pidió para el examen el castellano, único idioma en que lo repartió el IB-Salut

Los médicos de familia durante el examen que realizaron el pasado domingo en la UIB.

Los médicos de familia durante el examen que realizaron el pasado domingo en la UIB. / govern

Palma

El IB-Salut del IB-SalutGovern en el que se presentaron 488 aspirantes. En plena polémica por el decreto del catalán en la sanidad pública, el IB-Salut optó por no crear controversia y repartió el examen en castellano y con posterioridad el tribunal preguntó si alguien lo prefería en catalán. Algunos de los presentes en las aulas de la UIB, donde se realizaron las pruebas, relataron cómo la conselleria de Salud dio prioridad al castellano.

En varias de las aulas, al ver que solo dos o tres de los aspirantes presentes pedía catalán, rompieron en aplausos ovacionando de forma expresa que las pruebas fueran mayoritariamente en castellano. Había muchos aspirantes a médico de familia de otras comunidades autónomas y también procedentes de países sudamericanos, todos ellos castellanoparlantes. Además, hay que tener en cuenta que todo el temario y el material de consulta está en castellano, lo que influyó de forma especial. De hecho, de los 488 aspirantes solo 54 médicos de familia y 16 de urgencias solicitaron hacer la prueba en catalán, lo que supone un 12% del total. Desde el IB-Salut explicaron que no existe un criterio a la hora de repartir el examen en catalán o en castellano.

En concreto, las pruebas que se realizaron el domingo en la UIB, convocadas por el IB-Salut, eran para cubrir 217 plazas vacantes de personal estatutario de la categoría de médico de familia en equipos de atención primaria y 54 de la categoría de médico de urgencia hospitalaria. Hay que decir que el 7% del total de las plazas se reserva para personas con un grado de discapacidad igual o superior al 33%.

La consellera de Salud, Patricia Gómez, y el director general del Servicio de Salud, Juli Fuster, visitaron a primera hora del domingo a los aspirantes para animarles. Posteriormente también visitaron a los componentes del dispositivo organizado por el servicio de Salud y a los miembros de los tribunales que optaron por repartir el examen primero en castellano y luego preguntar a los opositores si había alguien que lo quisiera en catalán.

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