Los fondos buitre prefieren invertir en zonas deprimidas porque a largo plazo les ofrecen mejores oportunidades de negocio: compran ahora barato para vender caro. Es el caso de Son Gotleu, un problemático barrio palmesano en el que estas sociedades oportunistas acaparan cientos de viviendas, muchas de ellas vacías, después de adquirirlas por lotes a los bancos.

Uno de los señores del ladrillo de Son Gotleu es Divarian Propiedad S.A., un fondo buitre que controla 120 viviendas en el barrio desde que el pasado octubre pasó a gestionar el negocio inmobiliario del BBVA y del fondo de inversión Cerberus. Esta sociedad cuenta con una enorme cartera de inmuebles que se extiende por el resto de Palma, Mallorca y el resto de comunidades autónomas.

Divarian Propiedad sigue el mismo 'modus operandi' que otros fondos oportunistas o buitres: adquirir lotes de inmuebles que los bancos expropiaron a los clientes que no pudieron hacer frente al pago de la hipoteca, miles desde que en 2008 estalló la crisis. El fondo hace acopio de todo ese ladrillo a la espera de que el mercado emita señales positivas para venderlo y obtener así una enorme rentabilidad.

Los inmuebles que Divarian Propiedad controla en Son Gotleu han escapado del Registro público de pisos vacíos del Govern. De hecho, ningún fondo buitre ha inscrito sus viviendas desocupadas pese a que tenían la obligación de hacerlo, como el resto de grandes propietarios de la isla, hasta finales de septiembre.

La conselleria de Vivienda investiga qué porcentaje de ese centenar de inmuebles de Divarian Propiedad están vacíos desde hace al menos dos años para cederlos al IBAVI y destinarlos al alquiler durante tres años. La sanción por no comunicar al Govern la existencia de esos inmuebles dentro del plazo legal es de 3.000 euros por vivienda.

La realidad es que gran parte de esas viviendas han sido okupados, lo que los descarta para destinarlos a alquiler social.Esta sociedad tiene varios pisos en determinadas fincas de las calles Tomàs Rullan, Santa Florentina o Pics d'Europa, el corazón de un barrio arrasado que, pese a todo, ofrece buenas oportunidades de negocio.

Sábanas, ropa, juguetes y bicicletas se destacan en los balcones de unas viviendas que han sido objeto de okupación, un fenómeno generalizado en todo el distrito. Las zonas comunes de los edificios están muy deterioradas y algunos contadores de la luz y el agua, manipulados. Los inmuebles deteriorados también están invalidados para formar parte del Registro.

Este fondo buitre extiende su influencia por toda la isla. En el Registro de la Propiedad constan inmuebles de Divarian en Calvià, Sant Joan, Costitx, Inca, Santa Margalida, Sencelles, Marratxí, Esporles, Sencelles, Andratx, Llucmajor y Sa Pobla, Pollença, además de en otros barrios de Palma. Se desconoce cuántos inmuebles tiene en total, pero podrían contarse por miles teniendo en cuenta que solo en Son Gotleu acapara un centenar.

En conjunto, gestiona un patrimonio inmobiliario valorado en unos 13.000 millones de euros que también incluye propiedades en Ibiza y Menorca. Y no son los únicos.

Limara S.L.

El Govern también tiene sobre la mesa el nombre de Inversiones Inmobiliarias Limara S.L., un fondo buitre que en su día adquirió el ladrillo del Banco Popular y que, solo en Mallorca, cuenta con alrededor de 150 viviendas.

Limara tampoco ha comunicado a la conselleria la existencia de esos inmuebles, por lo que será objeto de inspección y, con toda probabilidad, de sanción.

Estas sociedades oportunistas operan donde hay ladrillo. Y en Mallorca hay mucho, por lo que tienen una presencia significativa. El pasado mayo otro fondo buitre llamado Edimburgo Investment S.L. intentó desahuciar a una familia del piso en el que vivían, también en Son Gotleu, pero el desalojo se desactivó por la presión ciudadana.