El conseller de Turismo y Deportes en 20013, Carlos Delgado, adjudicó el puerto de Calanova a una empresa asesorada por su amigo Carlos Gelabert, pese a los informes en contra de economistas, ingenieros y abogados del Govern, que defendían que ese licitante tenía que ser apartado del concurso al no cumplir las bases, según explicaron ayer varios testigos, uno de los cuales estuvo a punto de ser expedientado por vetar a la empresa ganadora. La privatización de Calanova produjo tensiones entre funcionarios por un lado y la cúpula de Turismo y de Ports Illes Balears.

Otro testigo, la abogada de Ports Illes Balears, señaló ante la Guardia Civil que la época de Delgado como conseller fueron "tiempos de ordeno y mando" y apuntó al número dos de la conselleria, Joaquín Legaza, como la persona que le fue dando instrucciones y órdenes en la tramitación del expediente de privatización del puerto. Delgado, Legaza y Gelabert están querellados por prevaricación, tráfico de influencias, negociaciones prohibidas y funcionarios.

Ayer estaban citados como testigos ante el juez Íñigo Arés ocho técnicos, funcionarios, asesores y antiguos empleados de Calanova. Todos ya habían comparecido ante la Guardia Civil o la fiscalía anticorrupción. Uno de los testigos es un ingeniero de Ports I.B. que formó parte de la mesa de contratación y que el día de la adjudicación votó, junto a la interventora del Govern, en contra de la oferta de Port Olimpic Calanova, la empresa asesorada por Gelabert. Port Olimpic resultó ganadora por cinco votos contra dos. Este técnico era el único representante de Ports en el órgano de contratación y trató de convencer, en vano, a la mesa de contratación que Port Olimpic no podía ganar, dado que su informe económico sobre la explotación incluía un cuadro de amarres distinto al establecido en las bases del concurso. El técnico indicó que esos amarres se podían modificar una vez ganado el concurso, pero no antes. La misma objeción fue planteada por otros funcionarios y asesores a lo largo de la tramitación del expediente, pero fue desoída por la cúpula de la conselleria de Deportes, que también presidía Ports I.B. El ingeniero discrepante pensó que el consejo de administración de Ports, presidido por Delgado y Legaza, iba a tener en cuenta su criterio a la hora de confirmar o revocar el criterio de la mesa, pero se inclinó por adjudicar Calanova a Port Olimpic.

Pago de un canon

Otro ingeniero de Ports explicó que la oferta triunfadora ofreció pagar un canon al Govern más alto al tener unas previsiones de mayores ingresos, pero lo hizo incumpliendo las bases, dado que alteró la distribución de los amarres y habilitó puntos de atraque para yates más grandes, los que abonan mucho más por su estancia. Este testigo indicó que el gerente de Ports, David Gómez (que no está querellado), le informó de que casi le abren un expediente disciplinario por su informe en contra de la empresa de Gelabert. La abogada de Ports manifestó que el gerente de la entidad entraba todos los días a su despacho para interesarse sobre la marcha de los proyectos presentados por Port Olimpic.