La conselleria de Medio Ambiente y Agricultura ha recibido en los dos últimos años 498 solicitudes de jóvenes menores de 40 años que quieren dedicarse a la agricultura y la ganadería en las islas, 300 de ellos en Mallorca. Estas cifras suponen un auténtico boom, si tenemos en cuenta el abandono masivo que venía experimentando el campo mallorquín en la última década. Se trata de jóvenes que han pedido las ayudas que ofrece la Unión Europea y el Govern para poder iniciar su actividad agrícola. Unas subvenciones que van de 25.000 a 55.000 euros a fondo perdido y que están enmarcadas en el Plan de Desarrollo Rural (PDR).
Según los datos facilitados por Medio Ambiente, el 50% de ellos son agricultores a tiempo parcial que compaginan el oficio de payés con otra actividad económica, mientras que un 30% son descendientes de agricultores que quieren seguir con la actividad de la explotación familiar heredada de padres o abuelos que ya eran agricultores o ganaderos.
Llorenç Mas, adjunto a la gerencia de la empresa pública Fons de Garantía Agraria de les Illes Balears (Fogaiba), explicó que esta avalancha de incorporaciones se debe al cambio de criterio de la Unión Europea: "Antes, para conseguir las ayudas, los jóvenes agricultores debían realizar la inversión y después recibían la ayuda. En 2015 esto cambió y se da un dinero a fondo perdido que permite a los jóvenes emprender la actividad agraria". Estas ayudas están cofinanciadas en un 51% por el Govern, un 42% por Bruselas y el 7% por el Gobierno central.
Más indicó que un porcentaje alto de estos agricultores ha apostado por la producción de verduras y hortalizas, un mercado con gran demanda, del que se puede ofrecer un producto fresco y de proximidad y que en el mercado alcanza un buen precio para los productores. De igual modo, el auge de la agricultura y ganadería ecológica y la agricultura integrada está permitiendo que mucha gente joven decida volver al campo a trabajar. Asimismo, el cultivo de hortalizas poder sacar un beneficio con una explotación pequeña de varias hectáreas. En cambio, los cereales o los frutales se necesita mucho terreno para alcanzar una rentabilidad.
Por islas, solo en Mallorca 300 jóvenes agricultores y ganaderos han solicitado las ayudas. No obstante, donde ha existido una auténtica avalancha es en Eivissa y Formentera. Unas islas donde la agricultura había prácticamente desaparecido y en dos años se han registrado hasta 157 solicitudes de jóvenes que quieren dedicarse al campo. En Menorca fueron 41, ya que allí el sector agrario sigue siendo potente y la inmensa mayoría de explotaciones están en funcionamiento. En las Pitiusas la mayoría de jóvenes agricultores apuesta por la producción de verduras y hortalizas.
En Mallorca, el 66% de las 300 solicitudes son profesionales, mientras que el 44% a tiempo parcial. En Eivissa y Formentera el 89% son agricultores que lo compaginan con otra actividad. Curiosamente en Mallorca y en Eivissa un número importante de los payeses a tiempo parcial se dedican a la hostelería y en invierno a la actividad agraria.
