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Tribunales

Un juez rechaza que una policía local de Palma sufriera acoso laboral

Deniegan la indemnización de 600.000 euros que la funcionaria reclamaba al Ayuntamiento por no aplicar el protocolo de riesgo laboral

Inmaculada Cuenca recurrirá la sentencia al TSJB. j.f.m.

No hubo acoso laboral en el cuartel de San Fernando. Un juez ha desestimado la demanda por moobing laboral que presentó una policía local contra el ayuntamiento de Palma, al que reclamó 600.000 euros por las graves secuelas psíquicas que padece por el trato laboral que sufrió en el cuartel. Y acusó de dichas consecuencias al inspector que dirigía la unidad policial a la que ella pertenecía.

Esta mujer, Inmaculada Cuenca, ha tenido que esperar más de 40 meses para que se dictara sentencia. Además, el caso lo ha resuelto un juez distinto al que celebró el juicio, debido a que en el juzgado de lo contencioso de Palma, que ha visto esta demanda, cuenta con magistrados de apoyo de Madrid.

Precisamente ha sido uno de estos jueces, que no ha presenciado el juicio y se ha limitado a leer la demanda y las declaraciones de los testigos, el que ha determinado que no hubo acoso laboral, pues ha descartado como válidas las declaraciones de tres policías de Palma, que declararon a favor de la demandante, contando los episodios de acoso que ella relató durante su desempeño profesional. El juez señala que estos testigos mantienen una mala relación con el inspector, como dejaron claro en su declaración en el juicio. Entiende que no se trata de testimonios imparciales y por ello los rechaza.

Protocolo de riesgos

La demanda se basaba en que el Ayuntamiento de Palma no había aplicado el protocolo de riesgos laborales, lo que hubiera impedido los daños psicológicos que sufre la mujer y que todavía padece.

El abogado que presentó esta demanda, David Cortés, no da el caso por perdido y va a recurrir la sentencia ante el TSJB, al entender que se han cometido graves errores en la valoración de la prueba.

No es la primera vez que un juez rechaza la relación entre un posible acoso laboral y las secuelas que padece la agente de la Policía Local. La mujer presentó una denuncia en el juzgado de instrucción. Sin embargo, la juez rechazó la denuncia al entender que no se había demostrado la relación entre la enfermedad que sufría con los episodios de acoso que denunciaba. Inmaculada Cuenca se quejó de que esta querella se archivara sin tan siquiera escuchar su versión de los hechos. El juez de Madrid basa gran parte de su resolución, precisamente, en el auto de archivo de dicha querella. Dice la sentencia que las secuelas psicológicas que sufre la policía local pudieron tener su origen en tres graves accidentes de tráfico que tuvo durante su etapa en atestados.

"No puede siquiera de forma indiciaria establecer una conducta de persecución u hostigamiento, sistemático, planificado, injustificado, de sus superiores", concluye el magistrado.

El juez también rechaza los informes médicos que relacionaban la enfermedad de la agente con su situación laboral.

La agente acusó al inspector de haberla sometido a una campaña de humillación por negarse a cumplir una orden, que consistía en retirar el saludo a dos compañeros, a los que pretendía expulsar de su unidad. Todo el conflicto tiene su origen en las disputas internas entre el inspector y varios agentes, que se produjeron en el equipo de escoltas que protegía a la exalcaldesa Catalina Cirer.

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