"Estoy desesperado, no hay cobertura eléctrica, ni teléfono ni internet, y desconozco si mis abuelos han podido sobrevivir y cuál ha sido el alcance real de la gran ola, creo que se trata de una histórica tragedia con mayúsculas". Son las once de la noche del martes 9 de octubre y este es uno de los conmovedores testimonios que escucho en las calles, a oscuras, del pueblo de Sant Llorenç.

Llegar a pisar la localidad no ha sido tarea fácil. Más de media hora de cola en la siempre rápida carretera que conecta con Manacor, pasos constantes de ambulancias, bomberos y Guardia Civil y prohibición de acceder al casco urbano ya desde la rotonda situada junto a la gasolinera, donde se encuentran decenas de personas. Reina el nerviosismo.

Desde las siete de la tarde las redes sociales van revolucionadas por los vídeos que constatan la magnitud de la tromba de agua y barro. En la gasolinera cunde la incertidumbre y cada vez hay mayor tensión, acentuada al hablarse de posibles víctimas mortales. Por ello decido ir andando de la gasolinera hasta la rotonda y, si me permiten los agentes que controlan el tránsito, hasta el pueblo. Me dejan advirtiéndome de que vaya con cuidado, no hay luz y está inundado de barro. "Es peligroso", remarcan.

Así vivieron los vecinos la riada de Sant Llorenç

Así vivieron los vecinos la riada de Sant Llorenç

Camino por una carretera de Son Servera y calles próximas al Ayuntamiento (en cuya plaza curiosamente sí que hay luz) que reflejan un panorama dantesco. Cuesta creer tanto infortunio. Coches amontonados, casas inundadas (el nivel del agua perfectamente reflejado en las paredes) y las fregonas no dan abasto. Adoquines descolocados, falta de tapas de alumbrado, techos hundidos, vegetación arrancada de cuajo, mobiliario completamente estropeado... Un considerable número de residentes resbalan ante tan increíble acumulación de barro. Muchos zapatos irán directamente a la basura y las botas-katiuskas van ganando adeptos de forma inmediata. Desde el primer momento sé que me encuentro en un lugar que será declarado Zona Catastróficaun lugar que será declarado Zona Catastrófica. Se incorporan bomberos, voluntarios de Protección Civil, policías, guardias civiles, sanitarios, psicólogos, etc.

Búsqueda frenética

A medianoche regreso a la gasolinera, consciente de haber visto in situ la peor tragedia natural de mi vida. En la visita a Sant Llorenç no he podido ni tan siquiera contactar con Biel Capó, extraordinario corresponsal de este mismo diario en el Llevant. Él también comprueba el drama en primera persona: gente con ansiedad por no saber nada de sus familiares, vecinos refugiados en la parte superior de las viviendas, búsqueda frenética de las pertenencias de valor, equipos de emergencias que incluso agradecen el foco de su cámara para poder actuar...

En definitiva, una experiencia triste y desbordante. Imposible pasar página del 9 de octubre.

Gente atrapada en los accesos a Sant Llorenç

Gente atrapada en los accesos a Sant Llorenç