La familia de Joana Lliteras y el pequeño Arthur, dos de las trece víctimas mortales que provocó el desbordamiento del torrente de Sant Llorenç el pasado mes de octubre, quieren saber con el mayor detalle posible qué pasó esa fatídica noche de lluvias torrenciales.

Así, tras una intensa actividad y búsqueda en las redes sociales, ayer por la noche consiguieron contactar finalmente con uno de los conductores que, encerrado en su vehículo, soltaba imprecaciones mientras su coche era arrastrado por la corriente, tal y como reflejó un vídeo publicado en esta web que se hizo viral en los días posteriores a la tragedia.

La intención de la familia sería, a través del testimonio del conductor localizado, conseguir un poco más de información cercana y fidedigna sobre los hechos y circunstancias que rodearon la tragedia que se ha cernido sobre sus cabezas.

Como se recordará, la farmacéutica de Manacor, acompañada de su hijo Arthur y de su hija menor Úrsula, conducía su vehículo, un Hyundai negro, por las inmediaciones del pueblo cuando se vio sorprendida por la torrentada.

Joana Lliteras consiguió sacar a la pequeña del coche antes de que se lo llevará la corriente pero fue arrastrada por la misma cuando intentaba hacer lo mismo con su hijo Arthur. La pequeña, sola y a merced del agua, fue milagrosamente rescatada por un ciclista alemán que se mantenía a refugio de la furia de los elementos en un lugar próximo al escenario de la tragedia.

El niño fue la última víctima mortal en ser localizada entre el barro y la devastación provocada por esta inesperada y devastadora torrentada.

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