El presidente del Consell, Miquel Ensenyat, ha revelado hoy que los daños causados por la riada mortal en el Llevant ha provocado daños en las infraestructuras municipales de los pueblos afectados que ascienden a 13 millones de euros. La declaración de zona catastrófica permitirá que el Gobierno Central asuma el 50% del coste de las obras para recuperar estas infraestructuras, mientras el Consell y el Govern deberán asumir el 25% cada uno. A este dinero se debe unir los 21 millones calculados en daños causados a las carreteras que el Consell asumirá íntegramente.

Es por ello que el Consell decidió recortar en algo más de tres millones de euros el Plan de Obras y Servicios (POS), que se destina a todos los ayuntamientos de Mallorca, para hacer frente a las obras urgentes para paliar la riada. El municipio más afectado es Sant Llorenç, ya que necesita una importante reforma de su polideportivo, calles, caminos y redes hidráulicas y eléctricas muy dañadas. Pero también Artà, Manacor o Son Servera han visto como las inundaciones estropearon sus infraestructuras municipales.

El Pi, en boca de Antoni Amengual, ha interpelado hoy al presidente del Consell, criticando que no se debía de haber recortado de los ayuntamientos para ofrecer la ayuda urgente. Sin embargo, Ensenyat se ha comprometido a que cuando el Estado le envíe dinero de obras asumidas en la declaración de zona catastrófica o se puedan liberar partidas de otras áreas, se volverá a dotar al Plan de Obras y Servicios (POS) de los 10 millones que tenía antes de esta operación por la vía de urgencia.