El juzgado de violencia sobre la mujer uno de Palma, al que el Tribunal Superior de Justicia (TSJB) eximió de las guardias semanales el pasado abril ante su situación de colapso por falta de funcionarios, ha vuelto a bloquearse y ya arrastra 611 asuntos pendientes de tramitación. La actual plantilla de este juzgado, especializado en violencia machista, únicamente puede sacar los asuntos durante las guardias cada quince días y disponer las diligencias más urgentes, pero no da a basto para seguir la tramitación de los casos ya empezados.

Según fuentes jurídicas, en realidad el juzgado no ha levantado cabeza en estos casi seis meses desde que su titular y la letrado de la Administración de Justicia, Carlos Izquierdo y Paula De Juan, se plantaron y pidieron ayuda inmediata al Tribunal Superior de Justicia ante la palmaria falta de personal. La sala de gobierno del Alto Tribunal reaccionó con rapidez y dispuso que violencia sobre la mujer 1 quedara exento de guardias, turnos que haría su homólogo violencia sobre la mujer 2.

Desde el TSJB y desde el decanato de los juzgados de Palma se alertó de que el colapso de violencia sobre la mujer 1 ponía en riesgo a las víctimas de la violencia machista, al no poder instruirse sus causas con normalidad, y también causaba indefensión a los hombres supuestos agresores, que tampoco podían practicar las pruebas para defenderse.

Interinos no cualificados

El primer bloqueo de ese juzgado se arrastraba desde enero de este año, cuando su plantilla de funcionarios empezó a mermar de manera alarmante por cambios de destino y bajas. El problema era que la bolsa de interinos de Justicia en Mallorca estaba vacía y no había personal eventual para cubrir las vacantes. Tras la alarma causada por la precariedad de un juzgado dedicado a asuntos tan delicados como las agresiones físicas o psíquicas a mujeres por sus parejas o exparejas, se buscaron interinos y se cubrió temporalmente la plantilla.

Las fuentes informantes han señalado que esta medida no ha solventado el atraso del juzgado, dado que algunos de los interinos no tenían experiencia ni aptitudes para trabajar en Justicia, por lo que los refuerzos han sido a todas luces insuficientes.

Según estadísticas del Consejo General del Poder Judicial, el pasado septiembre violencia sobre la mujer uno tenía 611 asuntos en trámite, la mayoría empantanados y paralizados por falta de tiempo para su tramitación.

Las fuentes informantes han destacado que el desbloqueo del juzgado para una triple terapia: la llegada de nuevos funcionarios de plantilla, la recuperación de los pluses que antaño se cobraban por las guardias de violencia de género y la creación de un tercer juzgado de violencia sobre la mujer en Palma, algo para el que no hay fecha.

El ministerio de Justicia ha decidido este año que para paliar el elevado porcentaje de interinidad en los juzgados de Balears, los opositores que saquen plaza serán destinados forzosamente a las islas, aunque sean de la Península.

Esta medida pretende consolidar las plantillas de carrera en Balears, pero fuentes sindicales y de los propios interinos advierten de que la precariedad volverá al cabo de dos años, cuando los destinados forzosos puedan concursar y regresar a la Península.

Los destinos en Balears son muy poco apetecibles por su elevada carestía de vida y la escasez de vivienda asequible en alquiler. "Los nuevos funcionarios las van a pasar canutas si con un sueldo de poco más de mil euros al mes pretenden vivir en Palma y buscar casa", señalan las fuentes.

El personal de violencia sobre la mujer 1 y 2 hace guardias de mañana una semana sí y otra no. Estas guardias suelen prolongarse por necesidades del servicio hasta las 4 ó las 5 de la tarde, para no dejar casos sin atender, pero no se pagan como guardias.

"En juzgados similares de Comunidades con competencias en Justicia sí se siguen pagando esas guardias, que antes se cobraban en Balears, pero que el ministerio dejó de abonar", explican medios jurídicos. Violencia dos también pasó épocas de apuros, pero su plantilla está más consolidada y es veterana, lo que se traduce en una menor carga de asuntos pendientes. Las "horas extra" pagadas por las tardes tampoco han solucionado el problema.