El tribunal de la Sección Primera ha fijado para el próximo día 27 de mayo el juicio contra Santos Márquez, ell representante de futbolistas que medió en el fichaje del portero internacional, Iker Casillas, por el Oporto. Márquez está acusado de un delito de administración desleal, por el que la fiscalía le reclama una condena de cuatro años de cárcel y una indemnización de 444.750 euros. El acusado se declara inocente y esta mañana ha manifestado que se opone a alcanzar un acuerdo con la acusación.

Quien acusa a Santos Márquez es un antiguo socio, con el que dirigió la empresa Mallorca Viva, que iba a dedicarse a la prestación de servicios de intermediación, representación, gestión y negociaciónde contratos de jugadoresde fútbol y sus derechos económicos derivados de los derechos federativos. Santos Márquez actuaba como agente y su socio como administrador único y aportante de los fondos ncesarios para que la sociedad funcionara.

En el contrato se estableció que el representante debía informar a la empresa de las negociaciones que realizaba y, sobre todo, ingresar la comisiónque obtenía por cada fichaje. El contrato era de un año, aunque prorrogable, salvo denuncia de una de las partes, aunque debía anunciarlo con dos meses de antelación.

Según la acusación, Santos Márquez vendió las acciones al padre de su socio, sin cumplir lo establecido en el contrato.

Mientras estaba vigente el contrato, el representante medió en el fichaje de Casillas por el Oporto. Contactó con el club mediante un acuerdo con el manager del futbolista, que por su mediación le pagó la cifra de 256.500 euros, mediante el pago a plazos. El agente, según la acusación, ingresó esta comisión en otra sociedad, perjudicando a su socio, que le reclama ahora en los tribunales las cantidades económicas que dejó de ingresar.