La experiencia de superación personal de Irene Villa, periodista, psicóloga y deportista, que sufrió en sus propias carnes los efectos de una bomba lapa en los bajos de su coche y se quedó sin piernas cuando era adolescente, ha sido el testimonio principal del arranque del III Congreso de Responsabilidad Social Coorporativa organizado por la CAEB en colaboración de Caixa Banck y de Endesa. Villa ha destacado la primordial labor de las empresas para ayudar a los colectivos vulnerables a través de su responsabilidad social corporativa.

"El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional". Con esta frase Irene Villa ha iniciado su intervención. Acto seguido ha proyectad imágenes de su atentado, donde se la ve a ella y a su madre justo después de estallar la bomba, ensangrentadas y sin las piernas. Ha explicado los duros años de hospitales, pero ha intentado inculcar su instinto de superación personal: "Me quedé sin piernas, pero decidí que tenía espíritu y podía conseguir mis sueños", ha explicado.

A través de la fundación que lleva su nombre, para ayudar a personas con discapacidad, intentan inculcar los valores de la autoestima, la amistad y la actividad y ha recordado que "el espíritu está dentro de cada uno de nosotros".

Por su parte, la presidenta de la CAEB Carmen Planas ha destacado que con este congreso "demostramos que somos empresas comprometidas y con valores". Planas ha incidido en que este enventó tiene el claro objetivo de "estimular la responsabilidad social de nuestras empresas y para compartir ejemplos reales y tangibles de la colaboración empresarial con entidades sociales". Se ha proyectado un vídeo con testimonios de empresarios isleños, entre los que destacó la presencia de Antonio Fontánez hablando de sus empresas y de sus 99 años.

Mari Cruz Rivera, directora territorial de Caixa Bank en Balears, y Martí Ribas, director general de Endesa, han relatado las acciones y actividades que llevan a cabo sus compañías en favor de las entidades sociales.