Se fueron cuando estalló la crisis. Eran jóvenes, sobradamente preparados, un talento desaprovechado en el archipiélago por falta de oportunidades. Formados en universidades españolas, pero expulsados de un mercado de trabajo que no estaba a su altura. Hoy son grandes profesionales: trabajan en lo que les gusta, se sienten valorados, tienen buenos salarios y su formación se ha complementado más aún por su experiencia internacional. Pero están lejos de casa. Quieren volver y saben que es más difícil tomar esta decisión que la que les hizo volar lejos de sus islas.

Jose, Miquel, Cristina. Ellos son algunos de los emigrantes que ayer mantuvieron un encuentro con la presidenta, Francina Armengol, la vicepresidenta y consellera de Innovación, Investigación y Turismo, Bel Busquets, y el conseller de Trabajo, Comercio e Industria, Iago Negueruela, en una sala del hotel Meliáe, en Londres. Tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano el Plan de retorno del talento de las Illes Balears 2018-2022.

Esta iniciativa se presentó hace un par de meses en Palma, pero ayer, coincidiendo con la presencia de los representantes del Govern en la capital británica con motivo de la feria de turismo que empieza hoy, fue la primera ocasión en que el Plan se enfrentó a la realidad de los protagonistas a los que está dirigido: los emigrados. Ellos plantearon sus situaciones personales, pusieron sus 'peros' al programa -ese era el objetivo, para mejorarlo- y sobre todo celebraron que por fin surja una luz que puede ayudarles a regresar cerca de los suyos y de sus islas.

Plataforma digital

Así funciona el plan al que se van a destinar estos cuatro años, hasta 2022, 2,13 millones de euros (1,6 a ayudas para favorecer el retorno de unos 500 profesionales, y casi 534.000 para asesoramiento, acompañamiento e intermediación con los emigrantes): los jóvenes y las empresas participantes deben registrarse en la plataforma digital y el equipo les contacta para iniciar el proceso.

Para poder participar se ha de tener menos de 40 años, formación universitaria o ciclos formativos o certificados profesionales de nivel 3 y haber trabajado o residido al menos seis meses en el extranjero. Está dirigido a los jóvenes nacidos o empadronados en Balears los últimos cinco años antes de su salida al extranjero.

Las ayudas consisten en hasta 3.000 euros para los gastos del traslado a la comunidad autónoma y se debe acreditar que se ha obtenido la titulación en algún centro de formación oficial del archipiélago. También hay subvenciones de hasta 9.000 para los que se quieran establecer por cuenta propia con una microempresa. Y para las empresas que les contraten se dirigen un máximo de 14.000 euros, dependiendo del perfil del contratado.

Los baleares que charlaron con Armengol, Busquets y Negueruela estaban ilusionados porque "por primera vez" se encuentran con algo que les puede ayudar a regresar. Como les dijo la presidenta la comunidad también necesita su talento, para impulsar la competitividad de las empresas y la economía de las islas. La idea es que los presentes ayer "hagan de altavoces" para que se extienda la información de un programa que se "irá puliendo". Le hace falta.

Entre los 'peros' que expusieron los expatriados está el límite de la edad, porque ¿qué ocurre con los mayores de 40 que quieran acogerse a esta iniciativa en la que ya se han inscrito unos 50 interesados y 20 empresas? Negueruela explicó que el plan se diseñó calculando la edad de los desplazados desde 2008, más de 10.000 en total. Se podrá ampliar el rango de edad más adelante, dijo, porque lo que se pretende con estos encuentros que continuarán en otras capitales es dar a conocer el plan y "con vuestras experiencias completar el programa".

Las preguntas no cesan. "Es una decisión difícil", dice Cristina. "Como volver a otro país" que no es el tuyo, añade Miquel.

Cristina Iglesias: "Tengo ganas de volver, pero no a cualquier precio"

"Tengo ganas de volver, pero no a cualquier precio". Cristina Iglesias. Mallorquina. 38 años, 9 residiendo en Londres. Farmacéutica que trabaja en el servicio de salud británico, en un proyecto con ancianos polimedicados y enfermos crónicos cuyo objetivo es mejorar su calidad de vida y ahorrar en medicamentos. Habla con pasión de su trabajo y de lo "valorada" que se siente. Pero está lejos, quiere regresar a Palma. También se plantea ya formar una familia. "Si saliera algo que pudiera hacer allí, me iría", reconoce . Ayer se fue "contenta" tras la charla sobre el programa de retorno. Quizás está más cerca, solo quizás.