Una sentencia dictada por la Audiencia de Palmaa que indemnice a unos pasajeros a los que retuvo en el mostrador de facturación por llevar exceso de equipaje. Cuando solucionaron el problema aligerando una de las maletas, el vuelo ya había sido cerrado y únicamente quedaba libre una plaza para que viajara una persona sin equipaje, opción que rechazaron.

Por esta decisión, la aerolínea española tendrá que abonar a estos clientes más de 3.500 euros de indemnización, que incluyen el coste de los billetes, la factura del hotel en el que tuvieron que dormir y los daños morales que padecieron al no poder realizar el viaje que tenían planeando desde hacía meses.

Los hechos sucedieron en noviembre de 2012.

Los denunciantes son una pareja colombiana residente en Mallorca que quería ir a su tierra natal para que su familia conociera a su hijo. Habían comprado billetes para tres personas, con un coste de más de tres mil euros.

El vuelo salía de Palma, hacía escala en Madrid y desde allí se dirigía a la ciudad de Medellín, en Colombia. El avión debía despegar el día 17 de noviembre.

Cuando se presentaron en el mostrador de facturación de la compañía en el aeropuerto de Palma, con antelación suficiente, los pasajeros tuvieron que esperar en la cola aproximadamente 30 minutos. Debido a que iban a estar más de un mes en Colombia, llevaban mucho equipaje. Viajaban con cuatro maletas.

Cuando los denunciantes colocaron las maletas sobre la cinta de facturación la empleada de la compañía les indicó que una de ellas tenía sobrepeso. Sin darles opción a pagar, la empleada les indicó que debían abandonar la cola y debían vaciar la maleta.

Los pasajeros cumplieron con las indicaciones de la mujer y quitaron parte de la ropa que llevaban en este equipaje para que la maleta tuviera el peso autorizado.

La pareja tardó un tiempo en solucionar el problema y además se vio obligada a volver a hacer la cola para poder facturar las maletas.

Cuando se dirigieron hacia la terminal de salidas, una azafata les indicó que instantes antes acababan de cerrar el vuelo. Solo quedaba una plaza para una persona, oferta que rechazaron porque eran tres.

Los pasajeros denunciaron que la compañía no les ofreció ninguna alternativa para poder llegar a Madrid y desde allí salir hacia Colombia. Este problema les impidió viajar a su país.

Otros billetes

La familia colombiana tuvo que comprar unos nuevos billetes para viajar a su país a finales de ese mismo noviembre. El vuelo era con escala y tuvieron que dormir una noche en un hotel de Madrid.

La compañía se opuso a indemnizar a estos pasajeros, alegando que no se presentaron en el mostrador de facturación con el tiempo suficiente, una afirmación que no era cierta, como pudieron demostrar los clientes.

La Audiencia de Palma ha analizado este caso y ha valorado que este incidente ocasionó un daño moral a los pasajeros.

El tribunal considera que la denegación de embarque en un vuelo tan largo va más allá de una simple molestia, sí ha supuesto un daño moral y la sentencia destaca que no solo no les dieron ninguna razón de por qué no podían embarcar, sino que tampoco les facilitaron ninguna solución alternativa.