Dos viviendas y una cochera tendrán que ser derribadas a finales de semana en Sant Llorenç debido a los daños provocados por las inundaciones, según explicó ayer el conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, quien se reunió con los miembros de la comisión evaluadora de los inmuebles afectados en la localidad.

Pons informó también de que un total de 500 casas han resultado dañadas y 50 inmuebles han tenido que ser apuntalados. Según el conseller, una treintena de técnicos trabajan diariamente en la zona. En total han sido 150 los que han estado en Sant Llorenç en diez días.

Por otro lado, Pons aseguró que los informes de daños de la Colònia de Sant Pere y de Artà estarán listos, previsiblemente, a mediados de la semana que viene. Se calcula que podrían estar afectadas alrededor de unas 50 viviendas.