Son Dureta rejuvenece para atender a la gent gran. Ayer se dio a conocer el nombre del proyecto arquitectónico ganador, Pine Life, que remodelará toda la vieja infraestructura sanitaria y configurará el complejo sociosanitario que será conocido como Nuevo Son Dureta ya que este nombre, subrayó la presidenta Armengol, forma parte de la historia más íntima de los mallorquines y del patrimonio de la ciudad.

Detrás del proyecto Pine Life está una UTE (unión temporal de empresas) formada por dos estudios de arquitectura de Madrid -Rafael de la Hoz y Miguel Ángel Mirones, de Ghesa Ingeniería y Tecnología S.A.- y uno de Palma, María Nicolau Planas.

La presidenta Armengol, que asistió a la presentación de los planos y la maqueta del nuevo proyecto acompañada por su vicepresidenta, Bel Busquets, y sus conselleras de Salud y Servicios Sociales, Patricia Gómez y Fina Santiago, destacó la "calidad arquitectónica" del proyecto ganador así como su apuesta firme por integrarlo en el entorno natural del bosque de Bellver.

La consellera de Salud, por su parte, auguró que el nuevo Son Dureta será un centro sociosanitario puntero que se erigirá como un modelo para todo el país de atención integral y calidad asistencial para las personas mayores.

El Servei de Salut trabaja con la intención de que, una vez comenzadas las obras, éstas ya no paren. Así, previsiblemente en el primer trimestre del año que viene comenzará el derribo del materno-infantil, del edificio verde, de las cocinas, de los vestuarios y del edificio que albergaba la gerencia. Y mientras tanto -el derribo tiene un plazo máximo de ejecución de 9 meses- se licitará la redacción del proyecto con el objeto de que, cuando la demolición haya concluido, puedan comenzar las obras sin demora alguna. El cronograma prevé que estas se inicien en 2020.

Tres volúmenes unidos entre sí

El proyecto se iniciará una vez que haya finalizado la fase de demolición de los antiguos edificios. Después se prevén dos grandes fases de obras: la primera comprende la construcción del edificio B y su entorno de urbanización (donde se erigían los edificios demolidos); y la segunda consiste en la reconstrucción y rehabilitación del antiguo edificio del pabellón A (el semicircular), la construcción de otros edificios anexos y la creación de un paso subterráneo que conectará las dos infraestructuras. Se calcula que la duración aproximada para la ejecución de las obras será de 18 meses para cada fase.

El futuro edificio B estará formado por tres volúmenes de dimensiones similares unidos mediante unos pasillos de cristal que permitirán la transparencia visual hacia el bosque de Bellver.

El concurso de ideas para seleccionar el proyecto arquitectónico salió a licitación por un valor estimado de 4.185.972 euros. Los proyectos tenían que recoger las necesidades que se incluyeron en el plan funcional de los dos edificios con uso sanitario que elaboró el Servei de Salud.

Este plan prevé la construcción de un edificio nuevo de larga estancia (el citado B de tres volúmenes) y la remodelación del edificio semicircular para ingresos de media estancia (A). Hay que recordar que el nuevo complejo sanitario ofrecerá 542 camas hospitalarias -242 en el B y 300 en el A- en habitaciones especialmente diseñadas para garantizar el bienestar de los pacientes durante estancias que podrán ir desde treinta días hasta tres meses de media.