Cada ciudadano balear recicla 68 gramos de medicamentos al año y la recogida de envases, vacíos o con restos creció en el archipiélago un 2,53% en 2017, 1,87 puntos por encima de la media nacional, según datos ofrecidos este lunes con motivo del quince aniversario de la implantación de los puntos SIGRE en las farmacias de la comunidad autónoma.

Además, la recogida ha aumentado en el primer semestre de 2018 un 11,6% en comparación con el mismo periodo de 2017. Si Balears supera la media española, el conjunto del Estado mejora los datos de la Unión Europea, lo que certifica que la concienciación es cada vez mayor, celebra el director general de SIGRE, Juan Carlos Mampaso, que ha presentado la campaña 'Mà a mà, per un món millor'. Esta, que incidirá en el reciclado, hará hincapié en la importancia de deshacerse correctamente de los restos de antibióticos para evitar resistencias bacterianas.

En las farmacias de las islas hay 437 puntos SIGRE (352 en Mallorca, 42 en Ibiza, 39 en Menorca y 4 en Formentera), en los que se asesora a los ciudadanos, que están bastante concienciados, dice el presidente del colegio Oficial de Farmacéuticos, Antoni Real. En las farmacias, 1 por cada 2.000 habitantes, se asesora sobre qué se debe llevar a reciclar: medicamentos caducados, envases vacíos (blíster, frasco, tubo, aerosol?) o con restos, los que ya no se necesiten y las cajas vacías y los prospectos.

No reciclables

Por contra, no se debe depositar en los puntos SIGRE, cuyos contenedores se están renovando, termómetros, agujas, pilas y radiografías. Tampoco productos de parafarmacia, aunque "el sistema los acepta", añade Real. Lo que debe de recordarse es que cuando se acaba un tratamiento no deben guardarse los restos. Y la razón por la que se acumulan es porque en el 40% de los casos no cumplimos con los tratamientos, advierte Mampaso. No obstante, hay que destacar que en 9 de cada 10 hogares se revisa el botiquín con regularidad, y en el 95% de los casos se retira algún medicamento caducado. De media, el punto de reciclaje en farmacias se utiliza entre 1 y 3 veces al año.

El mismo sistema que se utiliza para la distribución farmacéutica es el que sirve para la recogida de los restos de medicamentos pero "en sentido inverso", por lo que no hay producción extra de CO2, aclara el presidente de la Federación Española de Distribuidores Farmacéuticos y de la Cooperativa de Apotecaris, Eladio González Miñor. En Balears son 5 almacenes y 2 laboratorios los que se hacen cargo del almacenamiento temporal hasta que se llevan al único punto de reciclaje en España, que se sitúa en Valladolid, y es pionera en el mundo, pues en otros países se incineran los medicamentos, explica el director general de SIGRE,

Los restos de medicamentos se utilizan como combustible para producir energía, mientras que los aerosoles se despresurizan, los materiales de los envases se reciclan y los medicamentos tóxicos se eliminan. En las islas, gracias a la colaboración ciudadada -el 97% considera que tirar las medicinas a la basura o por el desagüe se perjudica bastante o mucho al medio ambiente- se ha evitado la tala de 1.070 árboles, con el reciclado de los materiales de los envases se ha evitado la emisión de 1.390 toneladas de CO2 y se han ahorrado 4,2 millones de kw/h y 5 millones de litros de agua.

Cada seis meses desde SIGRE se envía un informe a la conselleria de Medio Ambiente sobre su labor, que es fruto de la colaboración de los diversos actores implicados en esta labor preventiva, como señala el conseller, Vicenç Vidal.

Por otro lado, Juan Carlos Mampaso llama la atención sobre los plantes trienales que se llevan a cabo desde el sector farmacéutico para lograr que los envases cada vez sean más ecológicos. "En 18 años vamos por el séptimo plan", con más de 3.350 medidas de ecodiseño y se ha reducido el peso o volumen de 1 de cada 4 envases".